Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1994. Vol. (58).
Santiago Porta Dovalo, Manuel Medina Tornero, Miguel López Cabanas.
Decir que con la muerte de Joan Huerta la psicología española ha perdido a uno de sus más prestigiosos y dinámicos profesionales, sería firmado por todos aquellos que, en algún aspecto, han tenido con él, relaciones profesionales; pero aquellos que, como nosotros, hemos tenido la suerte de ser sus compañeros y amigos, estamos convencidos que con su desaparición todos hemos perdido algo fundamental y esencial en nuestra profesión y en nuestra vida.
Joan Huerta dedicó una gran parte de su actividad vital al desarrollo e impulso de la psicología, más concretamente de la psicología social en su vertiente aplicada. Desde sus inicios formando parte de un equipo psicopedagógico municipal (equipos que han sido una magnífica escuela de psicólogos sociales) hasta su último desempeño laboral como jefe de Servicios de Bienestar Social del Ayuntamiento de Mislata (Valencia), su actividad profesional ha sido un continuo laborar tanto en la identificación de los problemas que la sociedad planteaba como en la reflexión acerca de las posibles alternativas de solución que desde la psicología social se podían ofrecer. En este sentido los numerosos artículos científicos que ha publicado avalan por sí mismos estas afirmaciones.
Pero lo que a nosotros nos interesa destacar, en este artículo de despedida a nuestro amigo, es su enorme aportación a la organización de los psicólogos. Para Joan, esa organización debería tener la expresión de un colectivo que defendiera la profesión y que posibilitara formas de articulación profesional que tuvieran como objetivo impulsar el intercambio de experiencias, conocimientos e investigaciones. Nos referimos al Colegio oficial de Psicólogos(COP).
Son fundamentalmente tres los lugares desde los que Joan ha rendido un servicio inestimable -y difícilmente valorable sin la perspectiva que sólo el tiempo proporciona- a los psicólogos y a la psicología española. Son estos la Delegación de Valencia del COP, la Junta de Gobierno Estatal y la Coordinadora Estatal de Servicios Sociales.
Desde la presidencia de la Delegación de Valencia saben de sus logros, mejor que nadie, los compañeros valencianos, aunque de su gestión nos beneficiamos de alguna forma todos los psicólogos españoles pues a él le correspondió dirigir el II Congreso de Psicología, que se saldó con un éxito científico unánimemente reconocido.
De su trabajo en la Junta de Gobierno Estatal hemos sido testigos. Su contribución al gobierno del COP -a nivel estatal- ha sido repetidamente valorado por los colegiados. En este sentido, su buen amigo y Decano durante los dos mandatos en que Joan asumió el Vicedecanato, Adolfo Hernández Gordillo, es una referencia inevitable. Joan asumió todas las responsabilidades propias de su cargo de Vicedecano, absolutamente fundamentales para el crecimiento y organización del COP, que podrían ser consideradas como muy poco atractivas por el común de los colegiados, pues eran tareas que tenían que ver con los procedimental, estatutos, reglamentos, etc., etc. Pero su contribución a lo largo de esos seis fecundos años estará permanentemente en la memoria de aquellos que, en cualquiera de sus múltiples actividades, hemos trabajado con él.
Queremos hacer ya por último mención de lo que para nosotros es la gran aportación de Joan al COP, es decir, a la COORDINADORA ESTATAL DE SERVICIOS SOCIALES (CESS).
Desde el año 1985 los psicólogos que comenzaban a trabajar en los servicios sociales comunitarios trataron de organizarse como sector profesional diferenciado de las áreas de clínica, educativa y del trabajo. Hubo varios intentos que no Fructificaron hasta que Joan, al amparo de la organización del COP propuso una reunión estable de vocales de Servicios Sociales de todas las Delegaciones (1989). Inmediatamente, en 1990, se procedió a institucionalizar esa reunión de vocales que adoptó el nombre de Coordinadora Estatal de Servicios Sociales (CESS). En estos tres últimos años 1990-1993, la aportación de Joan ha sido intensísima y decisiva. Quizá haya habido algunas aportaciones más que pudieran ser calificadas de determinantes para el nacimiento y consolidación de la CESS, desde luego el lugar preminente de la aportación de Joan no es discutible por ninguno de los que formamos parte de dicha Coordinadora.
Si todo este merece ser reseñado, y por eso lo hemos hecho, cuando entre los que han conocido a Joan se comenta el desgraciado hecho de su muerte, el aspecto unánimemente más destacado es el de su dimensión humana. Su enorme facilidad para hacerse querer. No se le conocían enemigos, ya que incluso sus adversarios reconocían públicamente sus méritos personales. Quien lo haya conocido estamos seguros que se identificará con estas apreciaciones.
Han sido muchas las horas de trabajo en común, muchas largas noches de debate estudiando alternativas de activación de la CESS, muchas las reuniones en casi todas las Delegaciones del COP con los compañeros de las respectivas vocalías. Han sido, en definitiva, tantas las vivencias comunes, que Joan seguirá entre nosotros con su obra y con su ejemplo, durante mucho tiempo.
Quisiéramos, por último, tener un entrañable recuerdo para Encarna, su mujer, y su "nano", con quienes tantas cosas, a través de Joan, hemos compartido.