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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
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Papeles del Psicólogo, 1992. Vol. (53).




TAREAS DEL PSICÓLOGO EN PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN DE LA SALUD EN ATENCIÓN PRIMARIA

ESTEBAN CARRASCO ALVAREZ.

Psicólogo del Centro de Promoción de la Salud Villaverde (Madrid)

Las actividades de promoción y prevención de la salud, incluyen una amplísima variedad de tareas que en su conjunto pueden llegar a considerar gran parte de la vida cotidiana de una población. Promoción, prevención primaria, secundaria y terciaria recorren un espectro tan amplío de programas y actividades que puede abarcar desde el control del medio ambiente y de las condiciones laborales y socioeconómicas de los sujetos, hasta la actividad de la educación sanitaria que realiza el médico o ATS. En su consulta diaria, pasando por la realización de programas preventivos (alcoholismo, tabaquismo, alimentación, primeros cuidados del niño, psicoprofilaxis obstétrica, etc.).

La ejecución efectiva de gran parte de estos programas requiere, generalmente, la coordinación interinstitucional, con coordinación de competencias que pueden estar distribuidas en varios ministerios o en niveles administrativos distintos. La ausencia o presencia de esta coordinación facilitará o dificultará ampliamente la concatenación de cada una de las tareas preventivas, desde la actividad diaria que pueda hacer un maestro con sus alumnos cuando esté realizando educación sanitaria, hasta la confección de normativas pertinentes y dispositivos de control.

La actividad preventiva de un Equipo de Atención Primaria (EAP) va a estar influenciada, muy decisivamente, por como esté de desarrollado ese marco general de fondo tan vasto y complejo. Tanto es así que determinados programas preventivos, como son los de salud escolar, sólo van a poderse realizar plenamente desde el EAP si existe una suficiente coordinación inter-institucional (educación-sanidad) o si existen suficientes recursos para equiponderar la relación actividades asistenciales-actividades preventivas.

Si se produce un suficiente desarrollo de ese marco general, y con una adecuada relación EAP -unidades de salud mental, y si la presión asistencias no colapsa la posibilidad de desarrollar programas preventivos, entonces puede pasarse a señalar en qué actividades puede intervenir el psicólogo.

En cualquier programa preventivo van a realizarse en mayor o menor medida actividades de educación para la salud, en las que generalmente se incluyen unidades informativas y grupos de discusión que, dependiendo del programa (s. escolar, psicoprofilaxis obstétrica, tabaquismo, alcoholismo, alimentación, etc.) tiene como objetivo genérico el cambio o mantenimiento de actitudes y pautas de comportamientos.

El cambio de actitudes tiende a mantenerse más efectivamente cuando las unidades informativas se realizan con contenidos no amenazantes (JANIS; FESHBACH, 1953), precisamente los que atienden a no aumentar la tensión o la ansiedad latente que esté presente en las actitudes y los comportamientos a cambiar (tabaco, alcohol, exceso de alimentación, etc.). Emplean contenidos positivos que marquen el carácter saludables de la nueva conducta a conseguir, el efecto se mantiene más establemente.

Otro aspecto psicológico a incluir en las unidades informativas es el que hace sugerencia a los estereotipos y creencias que están presentes en las actitudes y comportamientos de la población (FISH BEIN; AIZEN; 1975, 1980), por ejemplo, en un programa de prevención del tabaquismo o alcoholismo en la población adolescente o joven, las unidades informativas han de confeccionarse teniendo en cuenta la identidad personal en la adolescencia, la actitud crítica y al mismo tiempo imitativa del comportamiento del adulto, y el conjunto de creencias y estereotipos en función de los cuales puede asociarse el ser adulto o tener superadas ciertas dificultades de relación interpersonal, etc., al hecho de fumar o beber.

Por otra parte, para que los contenidos de las unidades informativas se fijen más establemente es más efectivo colocar dispositivos grupales inmediatamente después de la información, por lo tanto, otro a parte importante que hace la Psicología Social a los programas preventivos de salud es, pues, el conjunto de técnicos grupales y metodología de grupos de discusión. Dependiendo del programa, del tipo de población, y de las disponibilidades reales de dedicación el psicólogo podrá emplear el tipo de técnica grupa¡ que mejor se ajuste a las condiciones concretas. Ahora bien, los programas han de realizarse necesariamente con un abordaje interdisciplinar, en coordinación con profesionales pertenecientes a distintas ciencias (médicos, maestros, ATS, asistente social, etc.) y, en ocasiones, coordinando distintas instituciones (sanidad, educación, administración local, servicios sociales, etc.) y, precisamente, realizando una tarea en la que se van a tener que ajustar las distintas competencias y funciones, con lo que en última instancia en el propio equipo se va a crear una dinámica de cambio o de resistencia al cambio cuya resolución final puede ser potenciadora o anuladora del programa preventivo. Además ha de considerarse que determinadas creencias y estereotipos, presentes en determinados grupos de población a los que va dirigido una determinada actividad preventiva, también están presentes en el propio equipo interdisciplinario e inter-institucional, operando también en el seno del equipo como factores resistenciales a la confección del programa. Con lo que puede llegarse a la conclusión de que, quizá, sea necesario, en algunas ocasiones, que el propio equipo disponga de espacios de clarificación y de limitación de las nuevas tareas y funciones preventivas.

Por último, señalar una aportación muy concreta, también proviniente de la Psicología Social, que puede ser de gran utilidad para contrarrestar los efectos del boicot institucional a un determinado programa. Tal es la metodología de intervención en una institución, el diagnóstico institucional previo a la intervención, el estudio de las fases de intervención en cada uno de los estamentos institucionales y la metodología de evaluación de este abordaje institucional, que pueden facilitar muy decisivamente la implementación de programas preventivos en instituciones como colegios, club de tercera edad, instituciones juveniles, hospitales, etc.

BIBLIOGRAFÍA

Janis Fesbbach: «Effects of fear arousing communications journal. Of abnormal and social psychology». 1953, 48 (1), 78-92.

Fisbbein, y Aizen: «Understanding attitudes and predicting social behavior prentice-hall». N. Jersey, 1980.

Brown, J. A. C.: «Técnicas de persuasión». Editorial Madrid, 1978.

Insko, CH. A.: «Theories of attitude change». Appleton Century Crofts, Nueva York.

Esteban Carrasco, y José Puig: «Grupos de educación para la salud en un programa de salud escolar». Madrid, 1990.

A. Avila: «Perspectivas de la intervención en Psicología Comunitaria. Algunas experiencias de Madrid y su área». Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 1985.

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