Papeles del Psicólogo, 1982. Vol. (3).

Paulino Azua

Director de la Federación de Asociaciones de Padres de Subnormales (FEAPS).

La Ley es una marginación jurídica además de escolar, social o asistencial. Creo que lo que hace falta es que la administración funcione eficazmente y que si realmente aceptamos un principio de normalización, me parece importante que para los tomas educativos se acuda al ministerio de educación, para los temas laborales al de trabajo, etc., etc.,... como el resto de los ciudadanos. Otra cosa es que esos servicios deben estar más cerca del consumidor y deben estar a nivel municipal, en los ayuntamientos, en las diputaciones o en las comunidades autónomas.

Por otra parte también quería señalar que aún siendo importante el marco internacional, muchas veces las declaraciones internacionales son suscritas por los gobiernos y de hecho son como tranquilizadores de conciencias. Lo fundamentales que la Ley está considerada como un primer paso, cuando tenía que haber sido el último y si realmente hubiera sido el último paso, quizás no hubiera sido necesaria, Quiero decir que la Ley supone desde mi punto de vista un parche a una situación que es mala, que denota una falta de voluntad política de acometer realmente los problemas. Esta Ley tenía que haber sido, en el peor de los casos, la solución posible tras un debate que se hubiera tenido que producir en el Congreso y yo creo que no es tanto una cuestión política de partidos, sino que es más de política social; es decir, qué queremos hacer en este país para acabar con ciudadanos de primera y segunda categoría.

Mi mayor escepticismo en torno a la Ley, es el coste político que el sector implicado va a tener que pagar. Me explico.

Durante estos cuatro años, es posible que por un proceso del propio reglamento de funcionamiento de la Cámara, han matado absolutamente la ilusión que los sectores afectados podían tener en esta Ley. Durante estos cuatro años a veces nos hemos dirigido a los partidos políticos, en apoyo de determinadas reivindicaciones y éramos contestados con cartas amables: "nuestro partido está muy interesado y tan interesado está que forma parte de esa comisión que se ha creado en el Congreso, etc., etc."; y esa era la contestación que nos daban como respuesta; en lugar de intentar apoyar la reivindicación que en aquel momento planteábamos.

Otro motivo fundamental de desconfianza hacia la Ley, que salvo algún que otro mandato imperativo de la misma, si un Gobierno quiere hacer cosas en favor del sector pueda hacerlas, pero lo que me parece más grave es que si no quiere hacerlas también puede hacerlo. Me parece que hay no menos de catorce alusiones a las disposiciones reglamentarias y desarrollo de la Ley, y eso, me parece bastante peligroso, porque yo podría opinar con mayor conocimiento de causa sobre la Ley si conociera esas 14 ó 15 disposiciones reglamentarias y el plazo en que se van a producir, desde un punto de vista económico; cuando estamos asistiendo al fenómeno de los vasos comunicantes, es decir que si un organismo antes tenía 100 millones, dotado por los presupuestos generales del Estado y como consecuencia del impuesto sobre la tasa del juego recibía otros 100 millones, ahora lo que está ocurriendo es que se está rebajando la dotación de los presupuestos generales del Estado.

Como consecuencia del abandono surgen unas asociaciones con carácter muy limitado en la práctica, con un intento de dar soluciones a una parte muy corta de la población, con unos niveles de reivindicación muy escasos, y con una imagen que intentaba ser positiva del problema de la deficiencia mental, incluso un poco aniñada.

Las asociaciones han ido creciendo numéricamente y yo creo que han evolucionado hacia posturas menos dulzonas, por decirlo de alguna manera, más reivindicativas aunque todavía yo creo que están bastante lejos de lo que debía ser el umbral de la reivindicación y en este momento están entrando, fundamentalmente como consecuencia de la declaración de las Naciones Unidas del 71, en una vía de reivindicación de derechos más que de planteamientos benéficos, paternalistas o caritativos a pesar de que todavía existen muchas asociaciones que participan de ese tipo de planteamiento.

Esa reivindicación de derechos pasa interesado y tan interesado está que por seis puntos importantes:

Yo creo que en este momento se está produciendo un cierto debate, aunque aún no en profundidad, y acaso fuera el propio Colegio de Psicólogos un buen marco para que pudiera realizarse, que cuestione en alguna medida todo "lo especial", todo lo que lleva el apelativo de especial que no tendría por qué llevarlo, y yo no se hasta que punto a la educación especial no le estamos poniendo demasiados perifollos, entre la simplicidad y la tecnificación; y habría acaso que intentar conseguir un término medio, porque me parece que estamos rodeando de tal cantidad de servicios a unas atenciones que son muy primarias, que genera unos costos que hace imposible cualquier tipo de solución práctica.

Todo lo anterior nos llevaría en sus últimas consecuencias, a una reconsideración de como los poderes públicos, tendrían que replantear el modelo de sociedad que tenemos y cual queremos tener.