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Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.

PSYCHOLOGIST PAPERS
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Dissemination: January 2024
  • Frequency: January - May - September
  • ISSN: 0214 - 7823
  • ISSN Electronic: 1886-1415
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Papeles del Psicólogo, 1996. Vol. (65).




ENTREVISTA A MICHAEL W. EYSENCK

Juan J. Miguel Tobal, Héctor González Ordi y Antonio Cano Vindel

Michael W. Eysenck, psicólogo británico de 52 años de edad, es considerado uno de los puntos de referencia ineludibles en la psicología actual. Prueba de ello son los más de 100 trabajos publicados en libros y revistas científicas a lo largo de los últimos veinte años. Su obra abarca el estudio de la personalidad, el aprendizaje, la atención, la memoria y, muy especialmente, las relaciones entre los procesos cognitivos y la ansiedad.

Cuéntenos algo sobre sus estudios

Desde los 18 hasta los 21 años fui a la universidad para estudiar Psicología; en concreto al University College of London, reconocido como el mejor centro académico de la Universidad de Londres. A los 21 años me trasladé al Burkpark College, también perteneciente a la Universidad de Londres, como Assistant Lecturer. Allí estuve 22 años de mi vida, primero como Assistant Lecturer, luego como Lecturer y finalmente como Reader. En 1987, me trasladé al Royal Holloway de la Universidad de Londres como Catedrático y Director del Departamento de Psicología.

¿Influyó mucho en su decisión de ser psicólogo el hecho de pertenecer a una familia con una larga tradición psicológica?.

No cabe duda que sí. Pero pienso que de alguna manera también fue una decisión accidental. Cuando estaba en la escuela estudiaba idiomas, francés y alemán. En aquella época, los estudiantes que accedían a la universidad solían hacerlo para completar sus estudios sobre alguna de las materias que habían cursado en la escuela, y yo sabía muy bien que no quería estudiar francés o alemán en la universidad. Así que la cuestión era encontrar alguna otra materia para estudiar y, ahí, la influencia familiar y, en especial paterna, fue evidente. Pero el punto más importante era que yo no quería estudiar francés o alemán.

¿Cuáles eran las orientaciones psicológicas o campos más relevantes cuando usted estudiaba en la Universidad de Londres?

Supongo que la influencia más relevante provenía del conductismo. Mi época de estudiante universitario acabó tres o cuatro años antes de que la Psicología Cognitiva se implantara definitivamente. Yo terminé mis estudios en 1965 y el influyente libro de Neisser (1967) sobre Psicología Cognitiva apareció dos años después. Pienso pues que la orientación dominante era el conductismo porque la psicología cognitiva tan sólo estaba empezando a principios de los años 60.

¿Recuerda algunas personas que influyeran especialmente en su trabajo o en su futuro campo de especialización?.

No especialmente. Como antes he dicho, el University College of London era uno de los centros académicos más sobresalientes de la Universidad de Londres, pero a principios de los 60 el Departamento de Psicología era muy poco relevante, por lo que no creo que haya tenido una gran influencia específica sobre mi. No obstante, por aquel entonces, el psicólogo Norman Dixon estaba realizando importantes investigaciones sobre percepción subliminal; en concreto, cómo la percepción subliminal de estímulos de carácter amenazante podía influir sobre las personas, aún no siendo conscientes de dicho contenido amenazante (Dixon, 1971). Supongo que algunos aspectos de aquellas investigaciones, la amenaza, la represión, etc, influyeron en mi trabajo desde entonces. Mirando hacía atrás, me doy cuenta de la importancia de unas investigaciones sobre percepción subliminal realizadas hace treinta años, sobre todo porque tan sólo hoy en día el fenómeno ha sido ya ampliamente aceptado. En aquella época, la gente veía sin sentido el estudio de un fenómeno que creían inexistente.

¿Cómo ha influido el pensamiento y la obra de su padre (Hans J. Eysenck) en su trabajo actual?.

Realmente las ideas de mi padre han influido en mi trabajo investigador durante muchos años pero esta influencia se ha ido haciendo cada vez menor y menor. Porque la gran diferencia entre nosotros es que, mientras que yo pienso que el enfoque cognitivo es muy importante para intentar comprender el rasgo de ansiedad o el neuroticismo, mi padre defiende que es más importante centrarse en los aspectos fisiológicos y genéticos. Por supuesto, no puedo negar que estos factores sean relevantes, pero personalmente creo que el sistema cognitivo tiene una importancia capital para entender las diferencias individuales en la ansiedad; por otro lado, nadie calificaría a mi padre como un psicólogo cognitivo.

¿Se pueden tener discusiones acaloradas en casa por temas científicos al igual que se suelen tener cuando se pertenece a distintos equipos de fútbol?.

Hemos tenido muchas conversaciones sobre psicología, pero mi padre tiene una opinión muy cerrada sobre estos temas. Así que, progresivamente, él ha ido ejerciendo cada vez una menor influencia sobre mi, y no creo que yo tenga mucha influencia en sus ideas. Hablamos sobre distintas cuestiones pero rara vez nos convencemos el uno al otro.

¿Cómo definiría en pocas palabras su propia evolución teórica?.

Bueno, echando un vistazo a los últimos 15 ó 17 años, pienso que mi interés inicial en el campo de la ansiedad se centró en el estudio de las relaciones entre ansiedad y rendimiento. Hoy en día sigo creyendo que éste es un tema muy importante. En 1979 planteé una teoría sobre la ansiedad que básicamente argumentaba que existían diferencias entre la efectividad de la ejecución (la calidad de la ejecución) y la eficacia en el procesamiento (la eficiencia con la que el procesamiento interno de información está produciéndose). Parte de esta teoría insistía en que la ansiedad disminuye la eficacia en el procesamiento, aunque si la persona ansiosa se somete a un sobreesfuerzo, disminuye la eficacia en el procesamiento pero no necesariamente la calidad de la ejecución. Estuve trabajando sobre estos aspectos a principios de los 80, aunque los abandoné hasta iniciar mi colaboración con Manuel Gutiérrez Calvo (Universidad de La Laguna), porque éste era uno de sus puntos centrales de interés. De hecho, su tesis doctoral se había basado en algunos puntos de mi teoría, por lo que iniciamos una estrecha colaboración investigadora que actualmente continúa.

Por otro lado, a mitad de los 80, comencé a colaborar con Andrew Matthews, desarrollando diversos aspectos sobre los procesos cognitivos implicados en el trastorno por ansiedad generalizada. Al final de los 80, traté de relacionar todos estos tópicos con el rasgo de ansiedad en sujetos normales, planteando que el rasgo de ansiedad es un factor de vulnerabilidad para el trastorno por ansiedad generalizada, tal y como aparece en mi libro publicado en 1.992 (Eysenck, 1992). Desde entonces, me he interesado por otros trastornos de ansiedad con la idea de ver la información que nos puede aportar el estudio de los procesos cognitivos en otros trastornos diferentes a la ansiedad generalizada.

Ahora, estoy interesado en trastornos como la fobia social, el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Hablando de su actividad actual, ¿podría exponernos brevemente su reciente teoría que relaciona diversos trastornos de ansiedad con los sesgos cognitivos?.

La idea fundamental es que existen cuatro fuentes principales de información que las personas pueden utilizar para decidir si experimentan o no ansiedad. Cada una de estas fuentes de información puede estar afectada por diferentes sesgos cognitivos. Una de estas fuentes de información es la percepción de nuestra propia actividad fisiológica. La idea es que los pacientes con ataques de pánico muestran sesgos cognitivos en la percepción e interpretación de su propia actividad fisiológica. Una segunda fuente de información es la percepción de nuestra propia conducta y, de acuerdo con la teoría, los fóbicos sociales mostrarían sesgos cognitivos en la percepción e interpretación errónea de su propia conducta. La tercera fuente de información es la percepción de nuestras cogniciones (información en la memoria a largo plazo), quizás de forma repetitiva, los obsesivo-compulsivos muestran sesgos cognitivos aplicados principalmente a sus propios pensamientos internos. Finalmente, existe una valoración cognitiva sobre el ambiente exterior y, consecuentemente, los individuos con fobias específicas muestran sesgos cognitivos relacionados con la forma en que valoran la información procedente del exterior.

En esencia, existen cuatro fuentes de información con las que se relacionan diferentes trastornos de ansiedad; dichos trastornos vienen favorecidos por la existencia de sesgos cognitivos relativos a esas cuatro fuentes de información.

En otro orden de cosas, usted mantiene una estrecha relación con la Sociedad Británica de Psicología, ¿cómo valoraría la actividad profesional del psicólogo en el Reino Unido?.

Pienso que el cambio más importante producido recientemente ha sido el incremento de psicólogos profesionales en comparación con los psicólogos académicos. Aunque todavía llevará algún tiempo, creo que la psicología clínica se establecerá definitivamente como la rama más importante en el Reino Unido. Dentro de ésta, el área de la psicología de la salud es la que más rápidamente esta creciendo en términos porcentuales.

Centrándonos en su actividad en España, ¿cuándo fue la primera vez que tuvo contacto con la psicología española y qué opinión le merece su estado actual?.

La primera vez que vine a España como psicólogo fue en 1985. Hace 11 años, Angel Aguilar y otras personas del Departamento de Personalidad en Barcelona, me invitaron a un congreso que se realizaba en Tarragona. Tras ello, volví al año siguiente una vez más.

Por otro lado, también por aquel entonces se establecieron mis relaciones investigadoras con Manuel Gutiérrez Calvo (Universidad de La Laguna, Tenerife), con una relación muy fluida de cartas y visitas de trabajo: él ha estado cuatro o cinco veces en el Royal Holloway y yo he visitado Tenerife unas cinco veces también.

Igualmente, he desarrollado una muy gratificante relación con vuestro equipo en la Universidad Complutense de Madrid, donde he tenido la ocasión de participar durante los últimos dos años en el Master en Intervención en la Ansiedad y el Estrés, colaborar en el comité editorial de la revista "Ansiedad y Estrés" y poner en marcha investigaciones conjuntas sobre trastornos de ansiedad.

Finalmente, a finales de los ochenta tuve relación con José Bermúdez y el grupo de la UNED. Estos son mis principales contactos con la psicología española.

Honestamente debo decir que la psicología española ha experimentado un notable progreso desde que yo llevo visitando este país. Cuando llegué aquí en 1985, la psicología española apenas tenía proyección en otros países europeos y su desarrollo era inferior al de éstos. Pero el progreso ha sido tremendo en 11 años. En algunas áreas, por ejemplo la psicología de la personalidad, la psicología española es mucho mejor que en otros países europeos líderes. En términos generales, el nivel medio es mucho más alto de lo que uno podría encontrar en países como Gran Bretaña o Alemania, etc, y esto se ha producido en relativamente poco tiempo.

En España, tanto en medios profesionales como académicos, tenemos muchas veces la impresión de que el trabajo de los psicólogos españoles no es conocido fuera, en parte por la reticencia o dificultad para publicar o hablar en inglés. ¿Cuál es su opinión sobre esto?.

Estoy de acuerdo en que estos grandes eventos ocurridos en Madrid en 1994 definitivamente contribuyeron a aumentar el grado de visibilidad de la psicología española. Pero pienso que algunos de los aspectos que ustedes mencionan en su pregunta no son tan dramáticos como parecen. Por ejemplo, los psicólogos británicos no tienen ningún problema en relación con la lengua que se habla en los EE.UU., sin embargo la mayoría de las investigaciones psicológicas británicas son totalmente ignoradas allí. Pienso que no tiene sentido que un país como EE.UU. tienda a sobrevalorar sus producciones y desvalorizar las del resto de los países. Supongo que debe ser alguna forma de sesgo cognitivo en relación con los aspectos culturales. Y entiendo que los psicólogos españoles piensen que existe un sesgo cognitivo con respecto a sus producciones científicas en los EE.UU., pero debo insistir en que este es un fenómeno mucho más amplio, que practican con casi todos los países.

¿Cuál cree usted que será el futuro de la investigación básica en ansiedad en los próximos años, coincidiendo con el cambio de siglo?.

Mi deseo principal es que se produzca una mayor convergencia entre la investigación básica y la investigación aplicada en el ámbito clínico. Pienso que hay muchos y muy buenos psicólogos investigando sobre los procesos cognitivos en relación con la ansiedad clínica; y muchos y muy buenos terapeutas desarrollando estrategias en terapia cognitiva. Sorprendentemente, ambos tipos de profesionales suelen abordar tópicos muy similares y sin embargo, los investigadores básicos suelen tener poca información sobre las distintas estrategias terapéuticas y los terapeutas a menudo desconocen los avances que tienen lugar en investigación básica. Así, mi deseo es que esta síntesis y convergencia, entre distintos tipos de profesionales que tratan las mismas cosas, se produzca en los próximos diez años.

Para finalizar esta entrevista, ¿podría dirigir algunas palabras a los miembros del Colegio Oficial de Psicólogos?.

Me gustaría insistir en el hecho de que, en función del impresionante avance de la psicología española en los últimos años, que yo he podido constatar personalmente, me atrevo a inferir que la psicología española puede ser la psicología más fuerte de Europa a finales de siglo.

Muchas gracias Profesor Eysenck.

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