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Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.

PSYCHOLOGIST PAPERS
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Dissemination: January 2024
  • Frequency: January - May - September
  • ISSN: 0214 - 7823
  • ISSN Electronic: 1886-1415
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Papeles del Psicólogo, 1993. Vol. (55).




SITUACIÓN DE LA PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y ORGANIZACIONAL EN IBEROAMERICA

FERNANDO ARIAS GALICIA.

Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones y de la Asociación de Psicólogos Industriales de México.

FERNANDO ARIAS GALICIA. Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones y de la Asociación de Psicólogos Industriales de México. Jefe de la División de Estudios de Post-grado e Investigación de la Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Nacional Autónoma de México.

Los países del continente americano, de lenguas española y portuguesa, cubren una superficie inmensa. Desde el norte de México, hasta la Tierra del Fuego, en el cono sur, se encuentra todo tipo de climas, así como tierras pródigas, ríos caudalosos, selvas impenetrables, cordilleras asombrosas y desiertos inmisericordes. La naturaleza se mostró dadivosa y avara al mismo tiempo; pero en ningún caso la vida resulta fácil o paradisíaca.

La economía de los países iberoamericanos ha estado fundada, principalmente, en la producción de materias primas. La industrialización es un fenómeno relativamente reciente, en comparación con otros países.

Existe una paradoja notable: si bien se habla una misma lengua u otras parecidas (portugués en Brasil y francés en Haití), así como se comparten rasgos culturales semejantes, los países latinoamericanos están mal comunicados. Por una parte, están las formidables dificultades planteadas por la geografía; por otro lado, encontramos condiciones históricas de resentimientos entre varios países, así como entre la península Ibérica y las naciones del continente.

Todo lo anterior, sin entrar en grandes detalles estadísticos y de análisis del pasado, explican, al menos en parte, un fenómeno no sólo impresionante sino, igualmente, preocupante y de consecuencias notables para nuestra disciplina: los psicólogos iberoamericanos interesados en la rama del Trabajo y de las Organizaciones, somos unos desconocidos entre nosotros. Ignoramos, crasamente, los adelantos, las preocupaciones, los logros y las Imitaciones de los demás colegas de lengua española y portuguesa. Cuando mucho, a nivel nacional o regional hemos organizado reuniones científicas. Un esfuerzo unificador se dio con la celebración, en Madrid, en 1988, del primer Congreso Iberoamericano de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, coincidente con el III Congreso Nacional de los colegas españoles; empero la asistencia de profesionales americanos resultó escasa relativamente. Así pues, aparte de describir una realidad a ojos vistas, los párrafos precedentes justifican, igualmente, la necesaria precariedad en la información, así como la impuesta fragmentación de las ideas, las reflexiones, las observaciones y los datos ofrecidos a continuación.

Tendencia principal en el pasado y en el presente

A partir de la propia experiencia, así como de la observación directa y de la proveniente de muchos programas de estudio de diversas universidades en el continente, puede extraerse una conclusión: la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones ha estado dominada, en los países iberoamericanos, por un enfoque estadounidense. En efecto, si bien la comunicación entre los países, como se anotó anteriormente, ha sido muy magra, las teorías y las técnicas de los Estados Unidos han permeado notablemente a los demás países, con la posible excepción de Argentina, en donde los enfoques psicoanalíticos han predominado. Así, a falta de una investigación propia, conducente a la estructuración de teorías apropiadas a la cultura iberoamericana, la visión se ha vuelto hacia el país productor de conceptualizaciones y de pesquisas en este campo. A no dudarlo, la inmigración de capitales y de empresas transnacionales ha jugado un papel importante en esta perspectiva. Se han aceptado, con frecuencia, como verdades absolutas y válidas en forma universal las teorías y las técnicas originadas en los Estados Unidos (una sociedad en donde el interés del individuo tiene primacía sobre el del grupo) y, últimamente, en Japón (una sociedad altamente colectivista, en donde los intereses del grupo descuellan sobre los individuales).

Desde luego, esta tendencia se establece desde los inicios de la Psicología del Trabajo en nuestros países y no sólo se trata de un aspecto reciente. Por ejemplo, en México, el 10 de febrero de 1923 se fundó el Departamento Psícotécnico del Distrito Federal, encargado de la selección de policías, bomberos, etc., el cual emprendió la adaptación del Test de Binet, revisión de la Universidad de Stanford. A los dos años había logrado cerca de 1.800 aplicaciones.

Carencia de investigación

Resalta, pues, la importación indiscriminada de modelos ajenos a nuestras realidades. En este sentido, destaca también la publicación, en Madrid, a principios de siglo de la Psicología del Trabajo del autor alemán Hugo Mustenberg, vertida al castellano. Parece que los psicólogos del Trabajo han estado más ocupados en intentar resolver los problemas de la operación cotidiana en vez de explicar y tratar de predecir esa realidad, en la cual se desenvuelven, a la cual tratan de modificar sin un sustento conceptual apegado a la misma. Parecen no haber seguido el consejo de Kurt Lewin: «No hay nada más práctico que una buena teoría».

Igualmente, brillan por su ausencia las evaluaciones objetivas y sistemáticas de las teorías y las técnicas adoptadas. Así, se ha caído en un círculo vicioso: se importan técnicas y teorías, pero no se evalúan objetiva y racionalmente. De la misma manera, se ha caído en una especie de adopción de «modas» pasajeras: el último libro, o la última técnica se han trasplantado y considerado valiosas hasta que surge un nuevo autor o un nuevo enfoque, abandonándose con presteza al anterior.

Mientras en otras áreas de nuestra disciplina (por ejemplo, la educativa y la social), la investigación constituye una fuente importante de conocimiento en la vida profesional y académica, en la Psicología del Trabajo ocurre lo contrario. La pesquisa científica resulta acentuadamente raquítica. Como antes se mencionó, no sólo existen vacíos en las evaluaciones de la tecnología extranjera, sino, igualmente, en la construcción de un cuerpo de conocimientos apropiado a nuestras realidades.

De ninguna manera se intenta adoptar una postura xenofóbica o excluyente; pero, como estudiosos del comportamiento humano, no podemos desconocer la influencia de la cultura (es decir, de todo lo creado por el ser humano, lo cual Incluye valores, actitudes, tecnología, filosofía, tabúes, pautas de relación social, etc.) sobre el comportamiento en todas las esferas de la vida humana. Desde luego, el trabajo y las organizaciones no escapan a la influencia cultural.

Me parece que todavía no se arraiga entre los psicólogos de esta rama, la mística de la indagación científica. Si bien existen bastantes indagaciones en forma de tesis universitarias, el conocimiento generado ha quedado almacenado en los estantes en vez de ser difundido, es decir, parece no existir tampoco una mística de divulgación.

Quizá los aspectos de actitudes hacia el trabajo y satisfacción en el mismo, motivación, calidad de vida y otros afines, han sido de los más indagados. Sin embargo, debido a la falta de comunicación, sólo se cuenta con datos fragmentarios e inconexos, con los cuales no pueden construirse marcos teóricos de referencia. Una posible excepción se ha dado en Colombia, como se mencionará más adelante.

Publicaciones

A resultas de esa carencia de una perspectiva de indagación metódica, la publicación de materiales originales resulta extraordinariamente magra. En algunas revistas de la región (por ejemplo, la de la Sociedad Interamericana de Psicología, la Revista Latinoamericana de Psicología, la Revista lntercontinental de Psicología y Educación, y otras más de carácter nacional) esporádicamente se dan a la luz trabajos relativos al tema.

Aquí resulta imprescindible hacer descollar la labor titánica de nuestro colega colombiano Fernando Toro Alvarez, quien, pese a dificultades de todo tipo, ha venido publicando la Revista Interamericana de Psicología Ocupacional desde hace varios años.

En lo referente a la publicación de libros, hemos tenido algunos avances. Nuestra ciencia tuvo la pena de perder a uno de los escritores más prolíficos: José Luis Hezket, quien en Brasil sacó a la luz varios libros de nuestra temática. En Brasil, igualmente, se han publicado varias obras, destacándose José Augusto de la Coleta por sus trabajos sobre la seguridad industrial. El año anterior salió a la luz pública la traducción en lengua española, en Colombia, de su libro. Fernando Toro Alvarez, además de su revista, ha sacado a la luz dos libros excelentes: Motivación para el Trabajo en conjunción con Hernán Cabrera Gómez, en el cual recoge una serie de investigaciones suyas al respecto en Colombia. Hasta donde yo conozco, éste es el único libro en lengua española en donde se intenta integrar los resultados de investigaciones y de datos provenientes de diversas organizaciones y de personas en diversos puestos dentro de un país. Es de desearse continuar con estas pesquisas en diversos países a fin de dar pie a la construcción de marcos conceptuales propios de nuestras culturas. Este mismo autor, en Desempeño y Productividad expone una serie de reflexiones así como de hallazgos, si bien muchos de ellos norteamericanos, sobre el tema.

Otra obra importante es la de Loli Pineda y Juscamaita Lora (1977) sobre la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, se refieren ahí a las actitudes y los comportamientos de los trabajadores peruanos en referencia a la participación, decretada por el gobierno de ese país.

También han aparecido algunos trabajos en diversos libros antológicos. Por ejemplo, en el de León (1986) Psicología y realidad peruana se incluyen tres artículos relativos a nuestra disciplina.

Es también de mencionarse algo deprimente, desde mi particular ángulo. Existen diversas investigaciones comparativas, sobre todo a nivel gerencia¡, realizadas y publicadas por autores extranjeros. Me resulta incómoda la situación porque significa, me parece, un mayor interés por parte de los investigadores extranjeros que por los autóctonos para conocer nuestra realidad. De los muchos materiales relativos al tema, sólo mencionaré dos, a manera de ejemplo: Managerial thinking, de Haire, Ghiselli y Porter (1966) y Hofstede, G. (1980).

Problemas éticos

Quizá pueda sonar a pesimismo el contenido de los párrafos anteriores y de algunos futuros. No es la intención presentar un panorama plagado de nubarrones, sino, por el contrario, tratar de explorar la realidad. No se gana nada con ocultarla, sobre todo si se considera lo más importante y lo que debe pesar más sobre la responsabilidad de los psicólogos del Trabajo y de las Organizaciones: a menudo toman decisiones incidentes sobre SERES HUMANOS y/o sobre los recursos que las organizaciones colocan en las manos de los colegas. ¿Cómo responder a los aspectos éticos de buscar el bienestar de los clientes sobre todas las demás consideraciones si no se cuenta con datos objetivos y sistemáticos sobre la efectividad de las propias acciones? Con frecuencia, la buena voluntad y el deseo para mejorar alguna situación no son suficientes.

Aquí debo detenerme para referir algunos ejemplos. En primer lugar, no conozco ninguna investigación publicada en conducir a tomar las medidas respectivas para mejorar la praxis de los psicólogos y de las organizaciones en las cuales se desenvuelven.

Igualmente, si en ningún lado podemos darnos el lujo de desperdiciar recursos, menos aún debe ocurrir en nuestros países, tan depauperados. Aquí, los psicólogos tenemos una intensa responsabilidad social a la cual hacer frente. Y, si lo anterior es válido para los recursos materiales y técnicos, resulta más apremiante en cuanto se refiere a la creatividad, la imaginación, las habilidades, los conocimientos y los talentos humanos.

Interdisciplinario

Por otro lado, si bien los psicólogos deben enfrentar el reto de perfeccionar sus técnicas y sus procedimientos, basados en teoría conceptual y tácticamente congruentes, también enfrentan otros desafíos.

Tengo para mí la verdad del siguiente enunciado: los psicólogos, para servir mejor a nuestros clientes, debemos emprender el estudio y la práctica de diversas disciplinas, tales como: finanzas, economía, contabilidad, producción, mercadotecnia, etc. En otras palabras, debemos volvernos más gerentes y más psicólogos al mismo tiempo. La naturaleza de nuestro campo de acción demanda esta interdiscíplinariedad.

Aquí debo detenerme para referir algunos ejemplos. En primer lugar, no conozco ninguna investigación publicada en la cual se informa de la validación, la confiabilización y la estandarización de algunos tests, en nuestro campo especifico de la Psicología (o de algunas técnicas tales como la denominada «Centros de Evaluación») en Iberoamérica. Mucho menos, de líneas de investigación en este sentido. Y, menos aún de pruebas o técnicas diseñadas ex-profeso por psicólogos de nuestros países de lengua española o portuguesa en el lado poniente del Atlántico. Debo indicar lo siguiente: conozco organizaciones, poderosamente económicas, en las cuales se han copiado (violando incluso la legislación sobre derechos de autor), tests y se han aplicado durante varias decenas de años sin contar con investigaciones sobre la fiabilidad y la validez, en ese medio, de los tests.

Existen, sí, esfuerzos aislados de construcción, metodológicamente fundada, de instrumentos para diagnóstico, desarrollo, y toma de decisiones respecto al personal. Sin embargo, tales logros quedan para uso personal o institucional de los diseñadores, sin beneficiar a la ciencia psicológica con aportaciones cuya conjunción permita ir construyendo teorías apropiadas a nuestro medio. Paréceme existir la imperiosa necesidad de una reflexión profunda sobre este punto crítico de la práctica profesional en este campo de la Psicología. Esta reflexión debería con frecuencia los demás gerentes no entienden el lenguaje del psicólogo y se establecen vacíos de comunicación. Entonces, nosotros debemos hablar el lenguaje que entienden los directivos. De otra manera, corremos el riesgo de quedar aislados, así como de tener una visión muy fragmentaria de la realidad que tratamos de modificar.

Falta de definición del campo

Percibo otra problemática en la actualidad: no está totalmente definido el campo de acción de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Diversas disciplinas y teorías mantienen límites difusos con ella. Así, la Administración, el desarrollo organizacional, la ingeniería, los recientes movimientos hacia la calidad total, y así sucesivamente, y sus respectivos practicantes, incursionan dentro de nuestra disciplina. Por ejemplo, en investigaciones realizadas en México sobre el campo de la formación de personal (Arias y Heredia, 1983, 1986), se encontró que un gran porcentaje de las personas dedicadas a esta actividad provenían de otras profesiones: Administración, Ingeniería, Pedagogía, Derecho, Economía, etc.

Quizá las acciones más comúnmente reservadas a los psicólogos están en el terreno de la selección de personal, aún cuando no deja de existir la competencia de profesionistas de otras carreras.

- Una mayor demanda de valoración de los resultados obtenidos, con énfasis en el índice de beneficio/costo de nuestras acciones.

- Una mayor tendencia a requerir resultados tangibles en todas las organizaciones.

- Una mayor calidad de nuestros servicios, en el más amplio espectro del término.

- Una mayor tecnificación de nuestras acciones, iniciándose con el empleo de las computadoras (u ordenadores) y yendo hacia la validación de todas nuestras herramientas de trabajo.

- Más y mejores posibilidades de empleo de los psicólogos, especialmente por el énfasis colocado en el comportamiento humano (integración de equipos, participación, calidad de vida y así sucesivamente) por la Filosofía de Calidad Total, tan en boga en nuestros días en todo tipo de organizaciones (públicas y privadas). Desde luego, nuestro papel en este movimiento será preponderante si podemos responder con servicios profesionales de calidad. No debemos olvidar a los competidores provenientes de otros campos: administración, ingeniería, sociología, etc.

Seguramente la situación se agrava al no existir en muchos países la reglamentación legal para el ejercicio de la Psicología. Perú es una excepción en cuanto a la formalizacíón de la ley respectiva.

El futuro

Si bien el conocimiento del presente y del pasado resulta trascendente, sólo debe servir para moldear el futuro. Por lo tanto, a continuación me permito establecer algunas hipótesis respecto al porvenir en nuestra rama de la Psicología.

Dicho futuro estará impregnado de las nuevas situaciones y tendencias mundiales. Resalta aquí el derrumbamiento de verdades tenidas como sólidas y eternas. Los vientos del liberalismo económico vuelven a soplar, incluso en países altamente opuestos a esta idea. La globalización de la economía, el desmantelamiento de las fronteras, la formación de bloques económicos, así como transformaciones radicales en la tecnología y la cultura impondrán nuevos retos en nuestras disciplinas.

Básicamente veo varios desafíos en nuestro campo: Sólo el futuro dirá si hemos enfrentado estos desafíos con éxito, para bien de quienes laboran en las organizaciones, de éstas, de nuestros países y de nuestro campo profesional.

BIBLIOGRAFÍA

Arias Galicia, F., y Heredia Espinosa, V. (1983): Segunda investigación sobre el estado de la capacitación en un grupo de organizaciones e instituciones capacitadoras del DF, zona metropolitana y algunas entidades federativas. México: Asesoría y Administración Aplicadas.

Arias Galicia, F., y Heredia Espinosa, V. (1986): Tercera investigación sobre el estado de la capacitación en 248 organizaciones y 50 instituciones capacitadoras del DF, zona metropolitana y entidades federativas. México: Asesoría y Administración Aplicadas.

Haire, M.; Gbiselli, E.E., y Porter, I. (1966): Managerial thinking. Nueva York: Wiley.

Hofstede (1980): Motivation, leadership and organization: do American theories apply abroad? Organizational Dynamics.

León. P.R., (1986): Psicología y realidad peruana. Lima.

Loli Pineda A., y Kuscamaita Lore, I. (1977): Participación de trabajadores en la gestión de la empresa. Lima: D'Kankan.

Toro Alvarez, F., y Cabrera Gómez, H. (1985): Motivación para el trabajo. Conceptos, hechos y evidencias contemporáneas. Medellin: Cincel.

Toro Alvarez, F. (1990): Desempeño y productividad. Contribuciones de la Psicología Ocupacional. Medellin: Cincel.

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