Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 1983. Vol. (12).
Francisco Javier Alba
Mucho se ha escrito sobre el concepto, la naturaleza científica y el objeto de estudio de la psicología. Muy pocos puntos de común acuerdo se han podido establecer. A pesar de ello, hoy en día nadie pone en duda el importante papel que la psicología está llamada a desempeñar en nuestra sociedad contemporánea. Está muy lejos de nosotros el concepto que en su día se tuvo de aquella rama de la filosofía que versaba sobre el tratado y la doctrina del alma; muy lejos, del concepto que hoy tiene sobre la psicología esta sociedad nuestra que demanda su ayuda. La psicología, como ciencia de la conducta del organismo humano inmerso en su medio social, histórico y cultural tiene una gran misión que cumplir, tanto en la mejora de la vida presente como en la contribución al progreso por un futura más humano. Esta función de utilidad social de la psicología del siglo XX es la que le condiciona su alejamiento de la metafísica y su irrupción en el campo de las ciencias.
La psicología se independiza de la filosofía a lo largo del siglo XIX, desde el momento en que sustituye el tradicional afán teórico y especulativo sobre el alma humana, por el estudio experimental de la conducta que desarrollan los organismos en sus medios. El hecho de que este cambio se produjera gracias a los avances realizadas por hombres que procedían de disciplinas científicas dispares, con el empleo de métodos muy distintos entre sí, y que partían de posturas ideológicas y filosóficas opuestas, ha contribuido, en mi opinión, a la gran confusión que reina todavía sobre la identidad conceptual de la psicología como ciencia, y a la falta de unanimidad en la definición de su objeto de estudio.
Al nacimiento de la nueva psicología científica contribuyeron los estudios neurológicos de Bell, Magendie y Broca, entre otros: los cambios introducidos en la psicopatología por Janet y Charcot; la psicología animal de Thorndike; el primer laboratorio de Wundt; la psicometría de Galton y Binet; los descubrimientos clínicos de Freud; la fisiología reflexológica de Pavlov; y, por qué no, la tradición filosófica anterior que contribuyó a la fenomenología de Husserl y la psicología de la Gestalt.
Todo ello ha favorecido que el panorama psicológico actual se nos presente dividido entre dos grandes posturas irreconciliables (conductismo y psicoanálisis), rodeadas a su vez por otras varias y diversas (Guestalt, reflexología, psicología humanista, existencial, etcétera). Mientras que el laboratorio de Wundt y el conductismo de Watson y Skinner encuentran su continuidad en la actual psicología de la conducta, y el psicoanálisis de Freud y sus discípulos encuentran la suya en las psicologías dinámicas actuales, la misma filosofía kantiana tiene sus influencias en psicólogos como Allport, Stern o Lewin.
En los tres caminos citados se han alcanzado grandes cotas en el conocimiento del ser humano. De tal modo, que hoy podemos asistir a procesos de acercamiento e integración muy prometedores. Creo que tanto el hombre afectado en su vida por problemas de índole psicológica, como la sociedad humanista que todos anhelamos, reclaman y demandan nuestra ayuda. Es precisamente esta función social de la psicología la que, una vez más, está determinando su integración multidisciplinar como múltiple conocimiento del ser humano y sus problemas vitales consigo mismo y con los demás.
No considero anacrónico la crítica que en 1880 hiciera Dilthey de la psicología de su época: "Los grandes escritores no se preocupan por las percepciones sensoriales o los umbrales, pero comprenden al hombre en su entera realidad."
Son esclarecedoras unas recientes palabras pronunciadas por Carlos Gurméndez mientras comentaba la obra de Xavier Zubiri: "La ciencia experimental sufre una crisis de saturación fáctica que impide reflexionar seriamente sobre sus propias conquistas. De otra parte, debido a su positivismo lógico y lingüístico, la ciencia se ha aislado del mundo viviente, desarrollando un férrea lógica deductiva que limita y estrecha la actividad libre y sintética del pensamiento. La consecuencia es una dispersión del saber científico en una multiplicidad de conocimientos que se ignoran entre sí.
Esta es a mi parecer la actual situación de los psicólogos: "Multiplicidad de conocimientos que se ignoran entre sí". De ahí que postule la integración de los diversos enfoques proporcionados por las distintas posiciones existentes de investigación psicológica (organicistas, conductuales, psicodinámicas o existenciales) de modo que resulte una ciencia multidimensional de la conducta del ser humano beneficiosa para el hombre y la sociedad.
Esta integración por mí defendida no sólo responde a una necesidad derivada de la situación clínica y asistencial que establecemos con lo que Henry Ey llama "el objeto mismo de la psicología, el hombre total", sino que viene a resolver un problema común con toda la ciencia de. nuestro tiempo: la carencia de sistemas generales que integren, interrelacionen y sinteticen la enormidad de conocimientos científicos que hoy se ignoran entre sí. Carencia denunciada por la Society for General System Research en su defensa de la Teoría General de Sistemas. Teoría de la que podemos encontrar un valioso paralelo dentro de nuestro propio mundo cultural en el perspertivismo de Ortega y Gasset.
El ser humano que demanda nuestra ayuda no la hace exclusivamente desde una parte trastornada de un ser (relación sexual, habilidad social, pensamiento alterado, tic nervioso, etc.), sino desde su integridad total como persona. No es sólo un deficiente, un psicótico o un sujeto con problemas de conducta. Es también un ser humano con todas sus cualidades y habilidades personales.
Esta multiplicidad de funciones de la persona que demanda nuestra ayuda, precisa de la diversidad de profesiones y los diferentes puntos de vista que han de confluir en nuestra labor diagnostica, orientadora y terapéutica. Es por ello que, a mi entender, hoy más que nunca necesitamos de la colaboración multiprofesional y multidimensional de todas las ciencias implicadas en la salud mental de la comunidad.
Es decir, que si el enfoque teórico de las ciencias de la salud mental ha de ser de naturaleza multidimensional, el abordaje técnico se ha de efectuar por medio de equipos multiprofesionales. La visión teórica multidimensional viene determinada por la misma naturaleza de la realidad humana, puesto que todo acontecimiento, incluso lo que nos acontece al encontrarnos con el presente texto, puede ofrecer diversos niveles de lectura: físicos, químicos, biológicos, sociales, culturales, conductuales, fantasmáticos y existenciales. El abordaje técnico realizado por medio del equipo multiprofesional se hace necesario al encontrarnos en nuestra situación clínica y asistencial con una persona total inmersa en su ambiente concreto y único.
La Psicología no puede dejar de considerar que cada ser humano es el resultado de un complejo proceso de evolución y desarrollo constituido por:
1) el conjunto de programas genéticos individuales
2) que se despliegan en el ambiente facilitador de la relación armoniosa madre-hijo (Winnicot, Balint)
3) haciendo posible el normal proceso de aprendizaje (Pavlov, Skinner)
4) de modo que por manipulación del ambiente e interiorización de las acciones vaya surgiendo la inteligencia (Piaget)
5) y junto con el proceso de individualización frente a los otros (Lacan)
6) el niño acceda a la función simbólica, el lenguaje, la cultura y la socialización
7) que abran la posibilidad de alcanzar una vida humana plena de sentido (Franlk)
Precisamos de todos nuestros conocimientos psicológicos, clínicos y experimentales, biológicos y sociales, conductuales y dinámicos, para tener acceso al ser humano sujeto de nuestra labor diagnostica, orientadora y terapéutica.
Hace cien años que, por diversos caminos, se inició el quehacer científico de la psicología al servicio del hombre: Thorndike publicó su "inteligencia animal" en 1898; la "interpretación de los sueños", de Freud, apareció en 1900, y la "Teoría del condicionamiento", de Pavlov, salió a la luz dos años más tarde. Resulta una tarea tan difícil como insoslayable el intentar que las corrientes que fluyen de sus descubrimientos confluyan en un enriquecimiento integrador, nunca ecléctico ni sincrético, de la Psicología de los años venideros. A pesar de ella, más difícil aún resultaría que alguien se negara a aceptar los avances que en estos cien años de historia científica y clínica nos han legado.
Francisco Javier Alba