Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 2003. Vol. 23(84).
Francisco Rivas
Universidad de Valencia
La conducta vocacional es parte del proceso de socialización que mejor define a la adolescencia o juventud, como período de transición, de la infancia a la adultez. En la conducta vocacional intervienen variables procedentes de procesos Sociogénicos (del ambiente sociocultural) y Psicogénicos (del propio individuo). La revisión de las investigaciones en nuestro contexto permite caracterizar a la adolescencia en sus notas sociológicas y psicológicas, como el transito que lleva a la autonomía funcional mediante la preparación y toma de decisiones vocacionales para lograr la integración a través del trabajo en la vida adulta. La ayuda técnica se presenta como asesoramiento vocacional para adecuar los planes personales con las exigencias del mundo laboral. En el proceso de toma de decisiones se pueden caracterizar distintos períodos, que van desde la toma de conciencia en la elección a la especialización profesional.
The vocational behavior is part of the socialized process on the adolescence or youth, as transition stage from childhood to adulthood. In the vocational behavior take part different variables from socio ( social and cultural settings) and psychogenic (own individual) processes. The adolescence research review in our own context permit to know this journey to adulthood relationship to work world. The making vocational process is most important task in adolescence, and the vocational counseling is also a necesary psychological and professional activity. The vocational decision process became in periods along the time, from obligate to specialized and professional election.
INTRODUCCIÓN
"Adolescence is a journey to adulhood", así empieza la reciente monografía de Nurmi (2001) sobre la adolescencia. Y para este trabajo no he podido sustraerme a la tentación de reproducir la entrada de ese libro, que tan bien me viene para introducir lo que significa como actividad mental la conducta vocacional en la adolescencia: viaje, recorrido, tránsito, travesía, exploración... pues es todo eso.
La literatura científica, tiende a designar la adolescencia como un período de transición, en cuyo extremo inferior se sitúa la pubertad y representa el abandono de la infancia en el plano biológico, y en el extremo superior, aparece la madurez o vida adulta con la integración social plena a través de la incorporación al mundo del trabajo y su progresión en la vida profesional. Temporalmente, este período dura unos quince años y, por edad, ocupa "entre los quince y los treinta años" del ciclo vital del individuo; período de especial importancia porque las decisiones y elecciones que se toman en esos años, tienen hondas consecuencias y repercusiones para el futuro de cada uno.
Ese período psicosocial se identifica como adolescencia o juventud, que unos diferencian en adolescencia temprana, media o tardía, y otros toman los dos últimos directamente como juventud (Stassen y Thompson 2000). En lo referente a la conducta y asesoramiento vocacional, utilizaré adolescencia o juventud indistintamente, para abordar, en nuestro entorno sociocultural, esos más o menos quince años cruciales de transición del desarrollo humano.
Sin suscribir la generalización literaria de etiquetar a esos años como explosivos o tormentosos, lo cierto es que la adolescencia como tema de estudio del que se dispongan datos e investigaciones valiosas en nuestro medio, tiene apenas unos treinta años de vigencia para encontrar algún capitulo sobre desarrollo vocacional.
Sirva este trabajo como apunte para los psicólogos que, en su tarea profesional, tratan con personas que, en esos quince años de transición, tienen que ir resolviendo muchas situaciones complicadas que afectan a su futuro. Son años difíciles y apasionantes. El adolescente tiene que enfrentarse con tareas muy complejas e interdependientes, tales como construirse una entidad propia, procurar el máximo de su desarrollo personal en un medio sociocultural determinado y completar el proceso de socialización e independencia funcional en un mundo laboral cambiante. En resumen, hay que atender a múltiples, diferentes y contradictorios frentes: divertirse y estudiar, realizarse y adaptarse, gozar y controlar, crecer y mantener. Si se me permite la licencia, parece que la adolescencia sea deseada desde la infancia y añorada en la adultez. Es decir... cuando se está lejos de ella". Pero en todo caso, un período de vital crecimiento.
LA CONDUCTA VOCACIONAL EN LA ADOLESCENCIA: PROCESO DE SOCIALIZACIÓN
Desde hace tiempo (Rivas 1988) mantengo que la conducta vocacional es parte del proceso de socialización, según la forma integrativa que le diera Durkheim: proceso de maduración, de emancipación, de formación y de inserción social en el mundo laboral adulto. El matiz que le doy, como "parte del proceso" alude a la edad de los sujetos protagonistas de su conducta vocacional: adolescentes que están en tránsito o preparación efectiva para el mundo adulto productivo. Caracterizo a la conducta vocacional como "un conjunto de procesos psicológicos que una persona concreta moviliza en relación al mundo laboral en que pretende instalarse", y expresa una relación dialéctica entre la satisfacción de las necesidades sociales (productivas) y las individuales (realización personal) en el mundo del trabajo.
Dos son los componentes o procesos que encuadran la conducta vocacional del adolescente, los procesos Psicogénicos y Sociogénicos. Los primeros de signo individual - la propia maduración y desarrollo personal- llevan al adolescente a hacer suya su propia conducta, mediante la reflexión sobre su comportamiento, la evaluación que hace de su limitada biografía o andadura por las actividades que le son placenteras y las que no, las recompensas que espera o desea obtener de su esfuerzo y dedicación a actividades de adulto, como el trabajo, le van planteando interrogantes y conocimiento sobre sí mismo (self) y sobre las posibilidades que el medio le ofrece. Los segundos de signo normativo y social - las exigencias que le plantean las tareas a las que se enfrenta- le van condicionando su futuro de manera inconcreta y empieza a percatarse, por primera vez, de las repercusiones que tiene su conducta presente y pasada, para los tramos siguientes de su desarrollo posterior.
Es en la adolescencia o desde ella, cuando se puede hablar y tratar de la conducta vocacional y, en consecuencia, también de la ayuda técnica o asesoramiento vocacional que el adolescente pueda necesitar para resolver posibles dificultades. La conducta y asesoramiento vocacional no pueden reducirse ni a la elección de estudios, ni a la incorporación al mundo del trabajo, ni a elección de una profesión; aspectos que aunque se presenten puntualmente, hay que tratarlos como procesos evolutivos que se preparan con tiempo y movilizan recursos. El adolescente, a través de las actividades realizadas en esos años, adquiere experiencia escolar en destrezas y contenidos (formación), aumenta el conocimiento de sí mismo (self), construye una realidad sociocultural (representación mental) y toma conciencia de la trascendencia del "juego" en el que está inmerso, resolviendo problemas (toma de decisiones) que son ya parte de su vida futura.
En síntesis, la conducta vocacional, devendrá en conducta profesional, cuando ésta es intencionalmente buscada, el joven asume su identidad y procura ubicarse satisfactoriamente, a través del trabajo, en el mundo adulto. Atender esa dimensión preparatoria de la conducta y desarrollo vocacional del adolescente, significa ayudar a esta persona en los más complicados y decisivos años para su futuro; lo contrario es dejar la dirección de sus planes o al azar (algunos hablan de la teoría del caos), o a las salidas profesionales (el mercado como regulador de la fuerza de trabajo), o a la propia inmadurez (la ingenuidad o el pasotismo).
La Psicología Vocacional trabaja especialmente con la conducta vocacional de jóvenes escolares (sujetos en período de formación: educación escolar) y tiene presente que "no hay momentos críticos" para la intervención (contrariamente a lo que se ha propalado desde la llamada Orientación profesional en nuestro país). Puede haber, y las hay, situaciones de elección que, puntualmente, obligan a todos a cumplir determinados requisitos; como por ejemplo, tener que elegir unas asignaturas, optar por algún tipo de compromiso con determinadas agrupaciones de materias, algún itinerario, etc, al final de la educación secundaria. El sistema plantea opciones y reclama que se tome alguna decisión; distinto es que todos y cada uno de los sujetos caractericen esa situación como problemática.
En el Problema vocacional no hay un colectivo, sino una persona concreta que trata de configurar y resolverlo lo mejor posible. El contraste o casación entre el desarrollo o madurez vocacional del individuo y las exigencias normativas del mundo sociolaboral, es un aspecto fundamental del asesoramiento vocacional que, según se resuelva, puede ser fuente de errores, de perdida de oportunidades, de ansiedad e incluso de angustia o, por el contrario, de ajuste armónico, de aprovechamiento de oportunidades y de realización satisfactoria; en definitiva, de crecimiento. Pues bien, ese contraste obligado para la toma de decisiones vocacionales, tiene su mayor incidencia en la adolescencia, como transición entre un período definitivamente acabado con escasas responsabilidades (infancia), a otro que empieza (adolescencia), teniendo que asumir las consecuencias de su conducta en todos los ordenes de la vida futura (adultez).
Codeterminantes de la conducta vocacional
Entiendo por codeterminación la incidencia de los factores individuales y sociales que modulan la conducta vocacional (desde la total determinación a la nula influencia), tanto en su desarrollo como en el proceso de toma de decisiones y en la elección final (Rivas 2003). La investigación en los distintos modelos que la Psicología Vocacional ofrece (Borgen 1991, Mau, 2000, Ferry et al 2000; Lent, Brown y Hackett 1994), va desvelando el peso de factores y variables que inciden sobre la conducta vocacional; recientemente, se están incluyendo variables cognitivas, como los estilos de decisión, autoeficacia, indecisión, la búsqueda de información, etc; así mismo, se acepta que la conducta vocacional está influida por la orientación cultural de los sujetos, orientación que no afecta por igual a hombres y mujeres (Farmer 1985) y que, en conjunto, las elaboraciones teóricas tienen una validez ecológica y poder transcultural muy limitadas.
Trabajando con adolescentes que se encuentran en el sistema educativo español, y referidos a las variables que proceden de la Sociogénesis y la Psicogénesis, señalamos como factores o dimensiones bipolares principales que afectan a la conducta vocacional individual, los siguientes: A) Entorno familiar (Normas grupo social primario-Afectividad); B) Biodatos (Curriculum -Vivencias); C) Principio de Igualdad de Oportunidades (Minusvalía -Discapacidad); D) Adaptabilidad (Adaptación laboral - Integración); E) Desarrollo vocacional (Profesional - Intereses); F) Capacitación (Desempeño eficaz - Capacidades); G) Cognición (Funciones socioprofesionales- Autopercepción); H) Madurez (Empleabilidad - Autonomía); I) Variables diferenciales: género, edad, estado y J) Toma de decisiones (Fortuismo - Oportunidad). La conducta vocacional, se manifiesta como la intersección de ambos conjuntos sociogénicos y psicogénicos.
En nuestro medio, contamos con resultados empíricos de Pascual (2002) que desvelan la composición de los factores de la conducta vocacional que intervienen en la elección de estudios universitarios, que aparecen reflejados en la Tabla 1
Obsérvese, que las variables individuales conforman factores que reflejan los efectos de la Sociogénesis y Psicogénesis (entre las dos explican el 47, 2 % de la varianza total); aparece como nuevo elemento ¡ Oportunidad ! (con el 9,6 % de varianza) mezcla de variables anteriores, interpretable como la disposición personal para estar preparado o al tanto de determinados eventos y circunstancias del entorno que el sujeto puede aprovechar para sus planes vocacionales. En datos complementarios de la misma investigación, surge por primera vez en nuestro país, el haber recibido asesoramiento vocacional en la Educación Secundaria como un importante influjo para la elección de estudios, y así, lo consideran más del cincuenta por ciento de los sujetos; consecuencia directa de la reciente generalización de esos servicios en ese nivel educativo.
CARACTERIZACIÓN DE LA CONDUCTA VOCACIONAL DEL ADOLESCENTE
La adolescencia ha sido descrita como una fase que empieza con acento biológico para finalizar haciéndose social (Petersen 1988, Lerner y Focch 1987). Para el adolescente es un período de cambio brusco, que exige ajustes en la consolidación del self, en la vida familiar y en las relaciones grupales entre sus iguales. A la par se dan cambios en el contexto institucional en los diferentes ambientes escolares - paso de la educación primaria a secundaria, a ciclos formativos, a educación terciaria o universitaria- y laborales, con la incorporación al mundo laboral.
La conducta vocacional se inscribe, como no puede ser de otro modo, en la línea del desarrollo vocacional y profesional (life span); en ella, podemos caracterizar a la adolescencia desde una doble perspectiva: sociopsicológica y psicológica, ambas no ocultan que ante cada caso, se trata de una persona concreta que es sujeto activo de su propia conducta vocacional.
Notas sociopsicológicas de la adolescencia
Nos referiremos sólo a algunos de los trabajos más valiosos realizados recientemente sobre los jóvenes españoles, como los de Elzo et al (2000) y los del Instituto de la Juventud (2000); de ellos, reseñamos aquellos aspectos relacionados con la conducta vocacional.
Elzo (2000 Pág. 39), trabajando con una muestra representativa de jóvenes de 15 a 24 años, sobre la base de diez valores (familia, ganar dinero, etc) obtiene la siguiente tipología de la juventud española: Antiistitucionales; Altruista comprometido, Retraído social, Institucional ilustrado, y Libre disfrutador. En la Tabla 1, se presenta la composición, en porcentajes, de dicha tipología y los resultados de las respuestas (Escala: 4 Mucha; 1 Poca) sobre cuatro de los valores que tienen relación con la conducta vocacional. Los resultados señalan que, la pertenencia a una u otra tipología, apenas afecta a la estimación que dan a los valores propuestos; lo cual no deja de ser un tanto sorprendente.
Para completar estas notas sociopsicológicas, de nuevo acudimos a los resultados de Elzo y del Informe de la Juventud (2000). Los resultados a las cuestiones que tienen que ver con la conducta vocacional: Libertad de elegir estudios y trabajo; Afinidad con lo que piensan los padres; Valoración al trabajo, Formación y Ganar dinero; Vivir con los padres, aparecen reflejados en el Cuadro 1. No hay diferencias significativas en cuanto al género ni en "Ganar dinero", ni en el "Trabajo"; pero las jóvenes puntúan más en la valoración que dan a "Estudios y competencia profesional" y a "Lograr una vida digna".
Desde la Sociología, González (1999) plantea que en las sociedades actuales, los jóvenes tratan de orientar su existencia en los ámbitos del Dinero: se rige por el principio de la eficacia para obtener beneficios; del Poder: orden político regido por el principio de legitimidad; de las Ideas: orden cultural en torno a culturas hegemónicas y las Relaciones personales: de la vida cotidiana, que se rigen por el principio de la comunicación y la afectividad. El conflicto se instala en el choque entre esos cuatro ámbitos que se manifiesta en los problemas de elección y compatibilidad cruzada.
Es precisamente en la adolescencia cuando, de una forma concreta, a través de las decisiones puntuales cómo elegir asignaturas, conseguir un rendimiento escolar alto, elegir entre el mundo laboral inmediato o seguir estudiando etc, aparece el problema como conflicto, que se manifiesta como anticipación del tipo de vida que quiere uno vivir, enlazándose con la asignación de valor a las actividades y decisiones que hay que tomar. Frente a la tesis clásica externalista que refiere al valor como algo exterior, sea social o simplemente normativo-social al individuo; las tesis cognitivas, consideran el valor como un aspecto elaborado, ideado por el sujeto para entender, codificar y representar el mundo (Garzón y Garces, 1989). Esta orientación añade una dimensión espacio temporal, relativa a la situación en que se produce, alienta y desarrolla la relación del sujeto con los objetos o actividades que desea.
El concepto valor se relaciona con los intereses, que para Super (1957) "son una manifestación concreta de los valores, por medio de los objetos y actividades concretas y específicas preferidas" y de ahí operacionaliza el mundo de los valores laborales; posteriormente, Pryor (1981) concreta aún más: los valores representan cualidades o recompensas específicas que uno desea del trabajo (ejemplo: dinero, seguridad, realización etc). Los estudios transculturales vienen a decir que la ordenación de los valores depende de la similitud cultural y social de los países comparados. Es en la adolescencia donde el desarrollo vocacional del sujeto concreta los opciones y elecciones que tienen como referencia directa o indirecta, el mundo del trabajo; es también cuando los valores empiezan a ordenarse consistentemente. Sobre el tema se dispone de abundante investigación y respecto a la conducta vocacional de la adolescencia, se puede concluir: a) aumentan en importancia los valores del trabajo relacionados con la autorrealización y eficacia personal, mientras que los relacionados con las recompensas externas, dinero, prestigio, disminuyen; b) la variable género es diferencial; c) la autorrealización y recompensa intrínseca, están relacionados con alto rendimiento y la alta capacitación; y d) la toma de decisiones en la que se manifiesta mayor seguridad y certeza, indica la existencia de una fuerte identidad vocacional y una consideración más activa y comprometida con los valores de trabajo.
Notas psicológicas del adolescente
El desarrollo cognitivo es discontinuo y heterogéneo a la par que la adolescencia es un período impreciso temporalmente y claramente no generalizable a intervalos fijos de edad. Pero psicológicamente, los estudiantes que están cursando los últimos cursos de educación secundaria, de formación profesional y/o superior, pueden responder a las pautas que se conocen como pensamiento formal y, al final de esos estudios, postformal.
El pensamiento del adolescente alcanza el último período del desarrollo cognitivo en uno de los estadios del pensamiento formal y postformal, según edad y maduración (Perry 1986, Case 1985). Entre las cualidades específicas de esta nueva cognición, se señala el pensamiento hipotético, el razonamiento deductivo, la construcción de teorías y el egocentrismo. El pensamiento postformal se identifica con la adultez lo que no significa que todos los adultos alcancen o lleguen a utilizar este tipo de pensamiento. La lógica lineal que rige en el período anterior, se torna aquí en cognición epistémica: "El proceso en el que una persona incurre para controlar la naturaleza epistémica del problema y los valores de verdad de las soluciones alternativas. Este nivel incluiría la conciencia que la persona tiene acerca de los limites de su conocimiento, la certeza del conocimiento y los criterios necesarios para conocer" (Kitchner 1983, págs. 225-226).
De las nuevas capacidades intelectuales, sin embargo, la única característica distintiva del pensamiento adolescente es, la capacidad para pensar en términos de la posibilidad en lugar de pensar sólo en términos de la realidad, los "juegos de ideas" de Flavell. Esta capacidad para pensar en términos de lo posible, permite a los adolescentes hacer fantasías, especular, emitir hipótesis con facilidad y a una escala mayor que en etapas anteriores, así como, proyectarse en el tiempo, su futuro.
Este pensamiento hipotético recién hallado, puede llevar a una persona a percibir de una forma simultánea que todas las ideas referentes a cualquier tema son consideraciones posibles: puede verse a sí mismo de múltiples maneras, puede ser muchas cosas.....todas y, a la vez y, cambiantes. El razonamiento deductivo aquí, adquiere la máxima potencia, es una lógica férrea y fría. Se puede partir de una premisa general y descender en inferencias lógicas, susceptibles de ser comprobadas una y otra vez. Al analizar sus opciones vocacionales ¿Con cuál se queda?.
La construcción del concepto sobre uno mismo, plantea el auto análisis como tema principal de reflexión. Aparece el pensar sobre el futuro. Todo ello teñido de lo que se ha llamado "egocentrismo adolescente" (Elkind, 1984), que surge porque no logra diferenciar entre lo único y lo universal: "su caso es único y diferente al de todos los demás, por eso, sólo le sirve su propia experiencia". La vulnerabilidad, la apertura y sensibilidad le pone en situación emocionalmente difícil. Sus derivaciones en la conducta vocacional son la fabulación, la inestabilidad, labilidad emocional, la lucha con ideas irracionales (Krumboltz, 1996) y la asignación de locus de control externo ante las dificultades.
En la juventud, se logra el máximo potencial aptitudinal (psicométrico). En este período y en ese contenido psicológico, el adolescente lo percibe como un requisito importante o muy importante para alcanzar un desempeño eficaz en el mundo vocacional y profesional. A tal punto, que muchos de sus miedos respecto a la elección vocacional, se expresan como "¿Tendré suficiente capacidad para estudiar X?"; creencia que se refuerza por el hecho de que muchos "orientadores" basan su consejo en el nivel aptitudinal del sujeto para determinadas opciones vocacionales. El trabajo de revisión sobre la relación entre las capacidades y conducta vocacional de Descals, (2000; Rivas, 1976; Castaño, 1983) permite concluir que: a) Los factores que mejor correlacionan con el éxito académico son el factor verbal y de razonamiento; b) Los tests de inteligencia rara vez explican más del 25 % del rendimiento; c) La diferenciación aptitudinal no es uniforme ni se relaciona a con factores específicos para las diferentes carreras y d) Las aptitudes apenas permiten establecer perfiles diferenciales para los Grupos Vocacionales. Los datos de investigación que analizan las capacidades intelectuales con el asesoramiento vocacional señalan una relación no significativa, y sin embargo, muchos "orientadores" siguen manteniendo la idea errónea (missconception) de que las aptitudes son el principal condicionante del asesoramiento vocacional (López, 2002).
La autoeficacia va ganando terreno en la evaluación del propio comportamiento.
La autoeficacia es una forma de generalización de la auto observación (Bandura, 2001), y se refiere a la convicción que uno tiene de poder obtener éxito en una tarea o dominio especifico. La experiencia escolar que ya tiene el adolescente, le permite ir conociendo la efectividad de sus destrezas para resolver tareas concretas como escribir, resolver problemas matemáticos, dibujar etc. Rocabert (1995) al tratar el tema escribe: "Uno de los principales postulados de la Teoría de la Autoeficacia, se basa en asumir que las expectativas de eficacia son determinantes cruciales de la conducta de iniciación y de persistencia. Estas expectativas se refieren a las creencias de los individuos sobre la posesión de competencias necesarias para realizar las conductas requeridas que le permitirán salvar los obstáculos para poder obtener los resultados deseados." (pág. 182) La investigación reciente de Trusty y N-G (2000) pone en claro que: a) la habilidad específica tiene más relevancia para la elección vocacional y del trabajo que el factor g o la inteligencia general; y b) la autoevaluación de su propia capacidad es mejor predictor de la elección vocacional que la evaluación de las capacidades (esto último sólo es aplicable a sujetos adultos).
El adolescente trata de ubicarse en un mundo cambiante y para su experiencia, desconocido. Dos son los mecanismo que empleará: A) la construcción de la representación social que va adquiriendo y elaborando en un medio sociocultural determinado (Guichard y Huetau, 2001) y por la que actualiza los procesos de socialización que le llevan a manejar y entender la realidad y B) la consolidación del self como instancia psicológica individual, que afecta al pensamiento, al comportamiento y configura la formación y posterior consolidación de su personalidad.
Como señala Delval (1990, cáp. 26) la representación del mundo social, como la propia vida social, dista mucho de ser algo armónico y coherente y, es en la adolescencia, donde afloran con más fuerza las contradicciones entre el decir y hacer que están implícitas en las relaciones sociales: "Así poco a poco, el sujeto va organizando los elementos dispersos, la información fragmentaria en totalidades cada vez más coherentes" (pág. 290) El adolescente tiene que adaptarse a las reglas de los adultos, a la par que el desarrollo de sus instrumentos intelectuales, le permiten reflexionar sobre su propio pensamiento y organizar en sistemas unitarios, sus concepciones y teorías sobre el mundo. Uno de esos elementos es el que hace referencia al funcionamiento económico del mundo y su derivación al mundo laboral, del que tiene noticias fragmentarias y una escasa o nula experiencia directa, por lo que está expuesto a las influencias sesgadas que proceden de su propia familia, amigos y del medio social en que se desenvuelve. Es importante para el problema de elección vocacional señalar, que no se trata de la realidad externa física, sino del conocimiento que se tiene de la misma; sólo los sujetos más maduros, logran manejar esta ambigüedad e imprecisión de manera eficaz para resolver el problema de la elección vocacional.
Por cognición vocacional se entiende "la captación que hace el propio sujeto de sí mismo con relación al mundo profesional y a la forma en que se proyecta sobre él, estructurando cognitivamente esa realidad percibida" (Rivas 1995, 1998). La cognición puede interpretarse como expresión del autoconcepto vocacional, inscrito en el paradigma de la Psicología Cognitiva y aspecto clave de la fundamentación teórica del enfoque de asesoramiento vocacional Conductual-Cognitivo (CC). La instancia del autoconcepto vocacional puede definirse como un aspecto del sí mismo (self), de la personalidad individual del sujeto que reflexiona sobre su conducta vocacional en el medio socioprofesional en que se desenvuelve (Rivas 1995, 1998).
Elaborado desde distintas teorías de la personalidad, Super (1985) vincula el autoconcepto a la conducta vocacional, apunta la necesidad de superar la metodología (cuestionarios) y postula la posibilidad de explorar otras alternativas, como por ejemplo, la que ofrece la Teoría de Constructos Personales de Kelly (1955). La técnica de rejilla individual (Grid) es la instrumentación adecuada para la obtención y selección de las elaboraciones personales, es decir, las ideas o constructos vocacionales asociadas a los distintos elementos, que son los estudios y profesiones que se plantea como opción o problema (Rivas, 1985, 1989). Los resultados experimentales de la investigación reafirman (Rivas, 1998) que: "Lo que los sujetos piensan y como se perciben ellos mismos en el contexto de las profesiones que conocen, aportan la mayor parte de la explicación de la varianza de la conducta vocacional de estudiantes de secundaria y universitarios" (pág. 135) En esa línea venimos trabajando desde hace años y los últimos datos de seguimiento de 522 estudiantes de secundaria que se encuentran finalizando los estudios universitarios (Pascual, 2002), confirman la fertilidad investigadora que esa orientación ha tenido para la conducta y el asesoramiento vocacional. En concreto, los constructos o ideas vocacionales, como expresión de lo que los sujetos piensan y valoran de su conducta respecto a los diferentes Grupos Vocacionales, resultan ser los mejores y más potentes indicadores para el asesoramiento vocacional de los jóvenes. El cuadro 4 presenta, sintéticamente, los patrones cognitivos en términos de constructos vocacionales que son propios de los nueve Grupos Vocacionales que sirven de referencia para agrupar la variedad de opciones vocacionales y profesionales de nuestro medio.
De los veinticinco constructos de que consta la rejilla vocacional, dieciséis son los que forman parte de patrones cognitivos de los diferente Grupos Vocacionales con peso importante para caracterizarlos diferencialmente y, cinco de ellos, (los señalados en trama oscura: números 2, 3, 13, 15, y 22) son triviales, es decir, están presentes en casi todos los grupos. El reciente trabajo de Beneito (2002) confirma además, la elevada coincidencia en esos mismos constructos por parte de los jóvenes y sus padres y, cómo las madres aciertan en mayor proporción que los padres, los constructos vocacionales de los hijos.
En el cuadro se señalan los cinco constructos ( . ) principales de cada Grupo. La caracterización de estos patrones ha sido fundamental para el asesoramiento, toda vez que son las variables que en el asesoramiento vocacional tienen mayor capacidad discriminante y además su papel en el desarrollo vocacional muy importante ya que se muestran muy estables en la carrera a lo largo de los años (Rivas, 2002).
Es importante recalcar que para el asesoramiento, es necesario profundizar más allá de la caracterización superficial que hace el estudiante de las diferentes opciones vocacionales, y tratar cada rejilla como caso individual (N=1) y asegurarse del sentido personal que el estudiante da al conjunto de los constructos.
¿Personalidad ocupacional? La fertilidad de los trabajos de Holland (1985) en el ámbito de la personalidad/ ambiente; a tal punto, que se conocen como teoría de la "personalidad ocupacional" y son la referencia más citada en el mundo, sobre todo anglosajón. Para Osipow (1990), el ajuste entre la personalidad y el ambiente es capital para entender la conducta y asesoramiento: "La teoría tipológica de Holland representa una síntesis entre dos concepciones de la Psicología Vocacional: una afirma que la elección de una carrera es expresión de la personalidad y la otra, que las personas proyectan sobre las ocupaciones su puntos de vista acerca de las mismas y del mundo laboral que prefieren " ( pág. 23)
Spokane (1996), considera que la teoría de Holland representa una posición moderna del rasgo psicológico; Rodríguez (1998) la relaciona en la estructura de la personalidad del individuo y Valls (1998) la considera con identidad propia que presenta aspectos motivacionales, características ambientales, dimensiones de la personalidad e incluso psicoanalíticas. En esa línea, los tipos Realista, Investigador, Artístico, Social, Emprendedor, y Convencional son suficientes para resumir la relación personalidad y ambiente en la elección vocacional. La actualización de la obra de Holland puede verse en Martínez (2001) y Castaños (1995) escribe como revisión de personalidad y elección vocacional: "En la medida que existe una amplia superposición de los rasgos de personalidad que caracterizan a cada profesión, se hace difícil defender la teoría ocupacional. Es obligado, en consecuencia, la búsqueda de otros caminos. Así, en lugar de defender la identificación de una personalidad específica para cada profesión, plantea la existencia de una "personalidad eficiente" que prediga el éxito en cualquier profesión, siendo Bandura el inspirador de esta orientación" (Osipow, 1968, pág. 214).
Señalar que a pesar de la aceptación en la Psicología Vocacional estadounidense del ajuste entre la personalidad individual y la del ambiente o las profesiones ( en que se basa la tipologia RIASEC), por mi parte entiendo que no es el camino adecuado para tratar la conducta, y sobre todo el desarrollo vocacional que lleve a un eficaz asesoramiento.
El desarrollo vocacional, se refiere a la evolución y cambio cualitativo que se evidencia en los intereses, experiencias y madurez vocacional , que se agudizan o son más visibles en estos años de la adolescencia. La instrumentación que más tradición tiene en el desarrollo vocacional es el área de los intereses vocacionales que marcan "El rumbo de la conducta vocacional" y su conocimiento, diagnóstico y evaluación es un aspecto imprescindible del asesoramiento y de la intervención vocacional. Como señala Spokane (1991), lo más importante de los instrumentos de evaluación de intereses es que tengan estabilidad temporal, y Super (1957) concreta que los intereses se vuelven más claros y diferenciados a partir de la adolescencia.
La factorización de los resultados de intereses vocacionales de miles de adolescentes españoles, detectó un grupo que Martínez (1987) identifican como "Intereses vocacionales de la adolescencia", formado por las siguientes áreas de intereses: Militares, Aire libre-Deportivas y Fantástica. Áreas que puntúan más en la adolescencia temprana, inician pronto su declive a medida que los sujetos avanzan en edad. Su contenido es residual de una infancia apenas abandonada, donde la fantasía y la irrealidad están presentes, incluso como planteamiento de futuro vocacional.
El cuadro 5, muestra los resultados de las Preferencias Vocacionales expresadas por 776 adolescentes a través de anánmesis en diferentes períodos de su vida. las mayores frecuencias se registran en el período central, que coincide con el cambio al Bachillerato, con incidencia diferencial para los diferentes Grupos Vocacionales: los más consistentes y estables temporalmente son el Artístico, el Biosanitario y Seguridad; mientras que otros, como el Económico Empresarial, se dan más tarde, como si sólo aparecieran en el momento de elegir esos estudios.
Los principios que rigen en el desarrollo vocacional son: a) el desarrollo procede de la actividad dirigida a objetivos; b) el desarrollo facilita la toma de conciencia y la orientación para la realidad exterior; c) el desarrollo lleva de la dependencia a la independencia y d) el individuo maduro selecciona y persigue un objetivo. En la adolescencia que se inicia, el sujeto da contenido vocacional a esa etapa como transición de la Infancia a la Madurez, sucediéndose, según Super (1983, 1984), los períodos siguientes:
a) Declive: se da menos tiempo a las actividades lúdicas y de entretenimiento;
b) Mantenimiento: se realizan elecciones escolares que el sistema plantea;
c) Establecimiento: El sujeto trata de situarse en un campo vocacional elegido;
d) Exploración: Aprende todo lo que puede ser considerado una opción u oportunidad; y
e) Crecimiento: Desarrolla un concepto realista de sí mismo y lo contrasta con sus realizaciones.
Del planteamiento evolutivo de la conducta vocacional surge el constructo de madurez vocacional, definido como: "Posición que ocupa un individuo dentro del continuo del desarrollo vocacional, desde la etapa de exploración al declive" y, posteriormente, definido por Hilton (1962) como: "Grado que un individuo posee en comparación son sus iguales, de los conocimientos, actitudes y habilidades requeridas para el enfrentamiento eficaz con la planificación e implementación de carrera" (pág. 174).
Siendo un constructo multidimensional, los autores e investigaciones suelen aceptar las dimensiones propuestas por Super (1983): 1) Planificación; 2) Exploración de carrera; 3) Toma de decisiones; 4) Información vocacional y 5) Conocimiento de la ocupación preferida, siendo la Planificación la dimensión principal. Lo sustantivo es que, una madurez experiencial dispone adecuadamente para la toma de decisiones vocacionales. La madurez es un constructo multidimensional en la adolescencia, que independientemente de la fase de edad considerada, prepara la adaptabilidad del desarrollo de carrera profesional (adulto). Lucas (1998) analiza y revisa ese constructo vocacional y lo vincula decididamente como una nota de calidad del desarrollo, en esa línea, la madurez se relaciona con el autoconocimiento, la autoeficacia, información vocacional y toma de decisiones.
Temporalidad. No quisiera pasar por alto la dimensión temporal que subyace a todo proceso de asesoramiento, la vivencia del tiempo futuro y, sobre todo, cómo el adolescente se proyecta en él, es un aspecto fundamental de cualquier planteamiento vocacional, tal como Valls (1998) señala acertadamente: "La perspectiva temporal se refiere a cómo los individuos se ven y orientan de cara al tiempo. Se trata de una representación del tiempo relacionada con la motivación de logro. La perspectiva individual del tiempo incluye una orientación para el pasado, el presente y el futuro" (pág. 103). Williams y Savickas (1990), dentro de la línea del "desarrollo de carrera", son quien más explícitamente señalan los efectos psicológicos de la proyección temporal como cambio cualitativo en el propio sujeto: "La cultura de la carrera" consideran la orientación hacia el futuro, como el primer predictor de la salud mental y del logro de los individuos. Así, la diferenciación del tiempo (time diferentiation) es parte de ese futuro vocacional real. Un individuo que generaliza el futuro, con sucesos que se extienden lejos en el horizonte, tiene ya un esquema preparado para planificar la carrera. Un futuro diferenciado provee un contexto significativo para establecer metas personales. Mientras que una mera una orientación general sobre el futuro puede crear ansiedad, la diferenciación del futuro alivia la ansiedad a través de su representación y de la posición que él mismo en esa proyección futura. (págs. 7 y 8).
Los estudios experimentales de Hesketh (2000) demuestran la importancia de la perspectiva temporal en la elección vocacional, los efectos del contexto, las construcciones implícitas del tiempo en la información ocupacional y la dificultad de utilizar juicios expertos en las elecciones profesionales de uno mismo. En el ámbito de del desarrollo vocacional, la edad es una variable importante y a menudo se toma como una indicador diferencial de la madurez vocacional. El concepto de probabilidad anticipatoria del tiempo (Time discounting) es un factor relevante que puede contribuir a tener una perspectiva temporal en la toma de decisiones .
El asesor, al empezar el asesoramiento vocacional trata con el estudiante los supuestos de futuro (ejemplo: "¿Cómo te gustaría verte dentro de X años"?; ¿El año que viene?") y sabe que el tiempo como hipótesis sin referencia, incrementa la ansiedad y el temor con el compromiso ocupacional. Parte de su actividad profesional irá en la línea de proveer al estudiante de las experiencias y conocimientos adecuados para que gane en confianza y seguridad, a medida que avanza el proceso de asesoramiento y pueda hacer planes de futuro consistentes, realistas y maduros.
ASESORAMIENTO Y TOMA DE DECISIONES VOCACIONALES
La conducta vocacional se produce y desarrolla en interacción con múltiples factores que afectan a la manera en que el adolescente hace planes de futuro y los intenta llevar a cabo, partiendo de situaciones de incertidumbre respecto a sí mismo y al mundo laboral al que pretende dirigirse. El asesoramiento vocacional es la forma técnica de ofrecer y prestar esa ayuda. Dentro de los diferentes enfoques que la Psicología Vocacional provee (Rivas, 1988, 1995, 2003), desde hace tiempo venimos trabajando en el enfoque Conductual Cognitivo (CC) que en esencia tiene como notas:
a) Existe una persona concreta que se plantea un problema de decisión entre alternativas.
b) El sujeto es libre de solicitar ayuda.
c) Es un proceso estructurado y dirigido por profesionales expertos, o por materiales y medios que hacen ese papel.
d) Parte y se centra en la definición del estado o situación problemática del sujeto.
e) El ámbito de acción es la conducta vocacional.
f) Se dan evaluaciones de competencia respecto a referentes que están bien identificados.
g) La toma de decisiones es el punto fundamental y final del asesoramiento
Esta forma de entender el asesoramiento nos llevó a plantear una metodología y crear materiales que permiten la autoayuda vocacional (Rivas 1998) de la que surgen los Sistemas de Autoayuda y Asesoramiento Vocacional (SAAV) que desde la década de los noventa, se presentan en tres soportes: lápiz y papel: SAV-R; ordenador: SAVI-2000; y adaptado para persona ciegas (Braille y Ordenador): SAVI-C.
Los tres sistemas siguen el mismo esquema de trabajo para que el propio sujeto pueda llegar por él mismo, a la toma de decisión final o elección vocacional; ello es posible, por las características psicológicas del adolescente reseñadas anteriormente y por haber creado materiales y situaciones que alientan la significación del trabajo con su propia conducta e implican al sujeto en su toma de decisión; en los sistemas SAAV, el adolescente se autoaplica, corrige, interpreta resultados, hace evaluaciones y puede llegar a tomar decisiones, que concreta en la elección de un Grupo Vocacional determinado.
Esquema general del proceso de toma de decisiones vocacionales
El diagrama describe una serie de pasos sucesivos y elementos presentes en el proceso de Toma de Decisiones Vocacionales, (TDV) teniendo en cuenta que:
a) se basa en la Conducta vocacional del individuo,
b) se parte de la Situación de elección, que aunque común o generalizable a todos los sujetos que llegan a ella, se ve afectada por parámetros codeterminantes internos y externos que la configuran;
c) el sujeto concreta el Problema vocacional en los términos que su madurez le permite, construyendo una formulación propia e idiosincrásica;
d) exige la concreción de indicadores comunes en términos de Referentes Vocacionales (Patrones) y Referentes personales (Fases de la conducta)
e) se procede a analizar y asumir las evaluaciones pertinentes que configuran la Situación Vocacional del sujeto
f) plantear el asesoramiento como proceso de solución de problemas, en el que la TDV (Toma de Decisiones Vocacionales) tiene que conjuntar adecuadamente la información de sendos Referentes para poder llegar al final del proceso: la Elección Vocacional
El diagrama resalta la relación que establece el asesoramiento vocacional entre eventos y elementos implicados en el proceso de toma de decisiones, en un espacio psicológico que se caracteriza por la interactividad y la centralidad del proceso decisional. A continuación se esboza el proceso que sigue el adolescente en el mismo.
Conducta vocacional
Se asume como relación dialéctica entre los factores e instancias que configuran la Sociogénesis y la Psicogénesis, en ese espacio de intersección se produce la conducta vocacional, materia prima para la toma de decisiones vocacionales..
Situación de Elección
La Situación de elección puede y suele ser común a todos los sujetos que se encuentran en un mismo nivel educativo. Es el momento de partida para la toma de decisiones, afectado por los condicionantes que configuran el escenario en que está situado el sujeto, de los que se conoce su incidencia y magnitud; de ahí, la consideración de Parámetros codeterminantes.
Parámetros condicionantes endógenos en la Situación de Elección
Entre los condicionantes individuales más importantes que afectarán a la TDV que el sujeto percibe y manifiesta en su conducta vocacional, trataremos: a) Incertidumbre, b) Complejidad, c) Conflicto y d) Significación.
- Incertidumbre. Es el primer condicionante que interviene en la definición de la situación problemática. La incertidumbre está directamente afectada por la diversidad de opciones que se plantean y por el conocimiento que tenga de cada una de ellas, ante las que el sujeto moviliza diferentes estrategias para reducirla y controlar al máximo.
- Complejidad. Aparece en aquellas situaciones en que la información que configura el ambiente es muy amplio, muy heterogéneo y muy interdependiente. En la complejidad, coinciden numerosos factores y se suceden de manera muy rápida o incluye aspectos muy diversos pero concatenados o sin control por parte del sujeto La complejidad se maneja descartando el número de alternativas a considerar, de categorías y de tiempo utilizado en la resolución.
- Conflicto. El conflicto se presenta cuando hay enfrentamiento real o percibido por el sujeto, entre los valores o modos de concebir una realidad, con otros referentes significativos para su acción. El conflicto se percibe como algo personal, pero en la mayoría de ocasiones tiene un componente de enfrentamiento social, es decir, tiene que ver con lo que otros piensan o esperan de nuestras acciones. Por otra parte, el conflicto es reconocido por los adolescentes como la mayor fuente de dificultad en la toma de decisiones.
- Significación. La situación de elección vocacional deviene en significativa, en tanto que es intencional, es decir, dirigida a metas u objetivos que el sujeto desea y se esfuerza por alcanzar. Es sabido que la intencionalidad es motivadora de la acción en la medida que la conducta es significativa y, para ello, tiene que ser inteligible, comprendida, asumida y conlleva la implicación personal del estudiante de reglas y reglamentos que vienen de las instituciones sociales que tienen capacidad y poder de establecer la normatividad: a) Institucional, b) Familiar y c) Contextual/ cultural, que en forma de parámetros afectan a la TDV:
Parámetros condicionantes exógenos en la Situación de Elección
El sujeto tiene que contar con las influencias que, el medio sociocultural expresa en forma Normatividad institucional, es decir, el conjunto de factores exógenos que actúan en forma de exigencias, requisitos, etc. que vienen impuestos por las instituciones escolares o las organizaciones laborales con los que el adolescente tiene que contar a la hora de tomar decisiones y, por tanto, actúan en la situación de elección.
- Normatividad escolar.- Proviene de la Política, la Administración y Legislación Escolar que para los distintos niveles del sistema educativo fija como: requisitos de acceso, núumerus clausus, punto de corte, permanencia, becas, Principio de Igualdad de Oportunidades, incompatibilidades, convalidaciones, duración de la formación, planes de estudio. dificultad etc.
- La normatividad laboral se manifiesta de manera muy concreta, es de gran contundencia, se expresa a través de la Política y Legislación Laboral del país, vinculada a la Economía y la ideología política dominante. La variedad de empleos, la precariedad de ocupación, la proliferación de contratos de trabajo temporales, condiciones etc. por desgracia hacen de todo ello un mundo poco conocido y opaco para el adolescente, pero que interviene en la situación de elección.
- Familiar. En función de la edad de los jóvenes y la dependencia que tienen del ambiente familiar, es uno de los parámetros configurantes de la situación de elección. En muchos casos el núcleo familiar es el principal suministrador de información vocacional que, en ocasiones y a partir de ella, determina la elección. En el seno familiar, la normatividad es menos explícita que la laboral, actúa más por la vía de los valores que se proponen como mejores para el hijo, o de la experiencias y expectativas de los padres, etc
Las figuras significativas juegan su papel, proponiendo sus ideas, constructos y valores vocacionales y existen interpretaciones desde todos los ángulos: la proyección psicodimámica (ejemplo: ser lo que el padre no pudo ser), el aprendizaje vicario (ejemplo: querer lo que hace la madre), al económico-realista (por ejemplo: continuar la empresa familiar), sobreprotección (ejemplo: evitar que sea piloto), prestigio y crecimiento social (ejemplo: estereotipos de poder social asociado a determinadas profesiones) etc. También juegan papeles importantes: a) la tradición familiar en determinadas profesiones (militares, médicos; artistas etc) b) el nivel educativo de los padres, en especial de la madre; c) las experiencias formativas o profesionales de los hermanos mayores (estudios cursados y situación profesional derivada); d) situación económica actual de la familia (desahogo, estrechez, paro) y e) estilos educativos que rigen o son dominantes en la familia.
- Contextuales.- Es la forma genérica de categorizar los factores situacionales, que estando teñidos culturalmente actúan sobre cada individuo en particular, según las características individuales o del grupo al que se pertenece.
a) Medios de comunicación de masas.-. La notoria incidencia que tienen los medios como el cine, la televisión, o grandes demostraciones virtuales a través de ordenadores (aunque es todavía muy reciente el fenómeno para analizar el efecto navegación en la conducta vocacional), con productos y mensajes dirigidos precisamente a la juventud.
a) Aprendizaje en situaciones educativas informales que propician y propalan ideas, creencias, actitudes o valores que potencialmente producen aprendizajes que afectan a la conducta vocacional. Actúan sin control del sujeto, están presentes en muchos y diferentes ambientes (familia, ocio, amigos etc) y llegan a través de los medios de comunicación masivos, especialmente la televisión), en entornos o situaciones de ocio y esparcimiento, y no en programas específicamente de contenido de información vocacional (que son su antítesis) La madurez es el único recurso para contrarrestar y controlar esas propuestas a las posibilidades del propio individuo
El Problema Vocacional
En el área de intervención clínica, en los más diferentes ámbitos de terapia individual y desde los más variados enfoques psicológicos, se acepta el esquema de solución de problemas para el proceso de ayuda, desde Kepner y Tregoe (1970) a la formulación más concreta o fundamental del enfoque Conductual Cognitivo de Dixon y Glover (1984) para el asesoramiento personal (general). Desde esas aportaciones, llegamos para el asesoramiento vocacional, a la especificación de la solución del problema que el sujeto manifiesta ante la toma de decisiones.
El planteamiento que hacemos del Problema Vocacional, es destacar el carácter dinámico, constructivo y personal del mismo. Esto es, el "problema" lo es de un individuo concreto, que partiendo de una Situación de elección determinada, formula y reformula los aspectos vocacionales que le afectan en un proceso que lleva a la caracterización del problema inicial como expresión tentativa o forma de aproximarse al mismo. Posteriormente, la revisión del mismo desde los componentes de Conocimiento, Planificación, Compromiso, Realización y Evaluación, lleva a mantener o modificar el problema en una secuencia cíclica e interrelacionada. En el proceso de construcción del Problema Vocacional, partimos de los componentes propuestos por Harren (1979) al que añadimos como quinto elemento Evaluación (presente en el modelo cognitivo Paterson).
Funcionalmente, destacamos el efecto recurrente entre los cinco componentes, la reformulación sucesiva y la integración del posible desequilibrio hasta su definitiva formulación. Este planteamiento asume la guía o esquema mental con una actitud flexible para analizar el problema, lograr un control sobre la ansiedad que genera la elección y realizar las Evaluaciones pertinentes según criterios que se mantienen a lo largo del proceso, procurando que: a) el criterio sea el apropiado para controlar la efectividad de la decisión: b) promover desarrollo de habilidades más allá de un único planteamiento; c) optar por una perspectiva sintética, e interactiva de cada opción analizada; d) la evaluación de la realización sea reflexiva y ponderada; y e) supone un modelo de asesoramiento diseñado de manera heurística, flexible y dinámico.
Situación Vocacional
La defino como el estado en que se encuentra o percibe el sujeto, como resultado de comparar los resultados de su propia conducta vocacional con los equivalentes de un determinado Grupo Vocacional. La comparación exige que los indicadores sean relevantes y eficaces para evaluar lo individual con lo normativo (Patrones vocacionales). La Situación vocacional puede descender a analizar cada aspecto de la conducta vocacional o hacerlo globalmente para la decisión final. En definitiva, esa información es la base del proceso de decisión final, hasta concreta la Elección vocacional. Aunque metodológicamente se asemeje a un planteamiento de ajuste (tipo perfiles), en el enfoque Conductual Cognitivo del asesoramiento se pide al sujeto que se pronuncie sobre dichas evaluaciones (metaevaluación): exige reflexión, aceptación de limitaciones y cómo entiende el alcance de las mismas, así como, el balance de las posibilidades reales; de ahí que la Situación vocacional en este enfoque, sea quizás el aspecto más comprometido y personal del proceso TDV.
Elección Vocacional
El asesoramiento vocacional lleva al estudiante a tomar la decisión sobre el Grupo Vocacional que es más adecuado para sus planes y condiciones. El proceso de toma de decisiones es prescriptivo en los sistemas SAAV, en el sentido que la información ha sido probada y validada por la investigación y se concreta en el Modelo de Toma de Decisiones que guía el trabajo. El sistema de asesoramiento ha enseñado o instruido al joven sobre cómo interpretar la evaluación de cada Situación Vocacional respecto a un Grupo de referencia: Limitada, Ajustada; Ventajosa, como expresión cualitativa de sus probabilidades de éxito en el mismo. En los SAAV, el sujeto puede Aceptar o Cambiar de Grupo, sabiendo las consecuencias, en términos de probabilidades de éxito de esa decisión.
Los elementos del proceso se refieren a dos conjuntos de referentes bien diferenciados pero que tienen indicadores comunes y relevantes. La línea de investigación seguida a lo largo de años ha ido desvelando qué indicadores vocacionales sirven para conectar el conocimiento de sí mismo con otros del medio vocacional. A esos indicadores probados los denominamos Referentes Relevantes de la conducta y asesoramiento vocacional.
Los Referentes Vocacionales constituyen los Patrones que reflejan los aspectos relevantes del mundo vocacional respecto a cada uno de los nueve Grupos Vocacionales. Los Referentes personales proceden de la exploración de las diferentes aspectos de la conducta vocacional (Fases) del adolescente.
En los sistemas SAAV, los referentes vocacionales son los nueveGrupos Vocacionales H) Humanístico; Ps) Psicopedagógico; SJ) Sociojurídico; EE) Económico empresarial; B) Biosanitario: CT) Científico Tecnológico; A) Artístico; D) Deportivo y S) Seguridad. Y los referentes personales o fases exploradas de la conducta vocacional son: I) Desarrollo vocacional; II) Cognición; III) Motivaciones; IV) Indecisión; V) Capacidades básicas y VI) Conocimientos y Cultura.
En síntesis, los Patrones (Grupos) y las Fases (Conducta individual) contienen los mismos indicadores vocacionales que la investigación ha desvelado como eficaces para la Toma de Decisiones Vocacionales y que el adolescente conoce a través del proceso de asesoramiento vocacional.
PROCESO EVOLUTIVO DE LA TOMA DE DECISIONES VOCACIONALES
Desde Super, la idea de desarrollo vocacional como un proceso de cambio está plenamente asentada en la Psicología Vocacional. Evolución que parte del momento en que el sujeto asume la necesidad de tomar decisiones y paulatinamente, va pasando a otros estadios sucesivos de rango superior de manera cíclica y progresiva, hasta llegar a la especialización profesional.
En este apartado, planteamos la dimensión evolutiva de la Toma de Decisiones Vocacionales (TDV), estructurada en períodos que van desde la simple aceptación de tener que decidir entre opciones muy amplias y generales, a la búsqueda de especialización profesional o laboral. Ese recorrido comprende muchos años de formación de la juventud, en los que la persona protagoniza cambios cualitativos importantes en su conducta vocacional, consolida la urdimbre de su personalidad; cristaliza sus intereses; desempeña roles de vida variados, complejos y de mayor responsabilidad, y la madurez vocacional adolescente da paso a la adaptabilidad profesional adulta. En ese tránsito, han tenido lugar múltiples tomas de decisiones, posiblemente, las que tienen mayor repercusión para la vida de una persona.
La experiencia acumulada en asesoramiento vocacional de jóvenes que se encuentran en diferentes períodos de su ciclo vital y respecto a los procesos de toma de decisiones que les acompaña, nos lleva a plantear los siguientes estadios: 1º) Inicial o de coyuntura; 2º) Transición: Indefinición y exploración; 3º) Consolidación: Concreción y convergencia; 4º) Especificación: caracterización y reestructuración y 5º) Cristalización: Especificación.
La figura 2 presenta la evolución secuencial de la Toma de Decisiones Vocacionales en la juventud, desde el estadio Inicial al de Cristalización, cuyo contenido psicológico sintéticamente aparece en el cuadro7.
La figura quiere dar una idea dinámica y secuencial (flechas de ascenso) en el paso de un período a otro, así como del contenido comportamental que es diferencial para cada período. En conjunto, estaríamos describiendo un período de largo recorrido, que puede empezar en cada adolescente en distintos momentos de elección obligada, y en el que no todos los individuos pueden o suelen llegar hasta la cima del mismo: las interrupciones, abandonos etc, son la norma más frecuente en este desarrollo vocacional y de carrera.
Punto final
Como cierre de este ensayo, ante los cambios producidos en la Psicología Vocacional y en el sistema educativo de nuestro país, merece la pena tener en cuenta las siguientes reflexiones sobre la actuación profesional del psicólogo:
- En los ultimo años la LOGSE, por primera vez en nuestro medio, con la generalización de los Departamentos de Orientación en la educación secundaria, abre posibilidades profesionales (aunque de manera no plenamente satisfactoria) para los psicólogos que tienen como tema de trabajo la conducta vocacional de los jóvenes que están en el sistema escolar. A pesar de las equívocas denominaciones de las funciones asignadas a los mismos, la conducta y el asesoramiento vocacional, es sin género de duda, una actividad que exige una preparación que la Psicología Vocacional ya, en nuestro país ofrece desde hace algunos años.
- Los psicólogos tienen que asumir un cambio fundamental en la forma tradicional de considerar la conducta y el asesoramiento vocacional de los jóvenes, cual es, desprenderse del cliché que propone un dictamen (informes y similares) de ajuste con el mundo del trabajo adulto: por contra, se trata de favorecer el desarrollo vocacional en el ámbito escolar, que lleve al mejor conocimiento de si mismo y de las posibilidades y limitaciones del entorno en que se desenvuelve el adolescente. Ello implica un trabajo del psicólogo con la adolescencia en el propio ámbito institucional escolar, en tres niveles: a) con los profesores/tutores para que desde su práctica educativa cotidiana en el currículo escolar, planifiquen y favorezcan el aprendizaje desde contenidos y experiencias vocacionales para los estudiantes; b) con el entorno familiar, sensibilizando y formando conciencia de la ayuda que hay prestar al desarrollo vocacional de sus hijos adolescentes, favoreciendo actividades de apoyo, realismo y proyección laboral y desterrando actitudes de paternalismo, o no intervención ante planteamientos y mensajes que les llegan a /de sus hijos; y c) atención individual al adolescente en los diferentes períodos de su desarrollo, ofreciendo una disposición de ayuda que respete su independencia y asuma los compromisos del adolescente con su propia evolución: lejos quedan las exploraciones colectivas, las charlas bien intencionadas, momentos críticos etc. el asesor es un experto profesional en propiciar actividades significativas, y por tanto personales, para el sujeto que se enfrenta a un problema de decisión vocacional
- La necesidad de ayuda la reconocen incluso los jóvenes que acaban estudios universitarios (más de un tercio de ellos así lo afirman, Rivas, 2002), y abren nuevas perspectivas en las propias universidades y, poco a poco algunas de ellas, superando la fase de ofrecer información sobre salidas a sus estudiantes, están dotándose de servicios de apoyo y asesoramiento vocacional y profesional que son atendidos por psicólogos formados específicamente en esta temática.
- Frente a la extendida por fácil y económica, tarea de la información vocacional, el psicólogo escolar, no puede reducir a ella el asesoramiento. Teniendo el control de la misma, la integrará en el plan de asesoramiento, primero colectiva y después individualmente, según las necesidades de cada adolescente y por tanto de su situación vocacional.
- El conocimiento de las características sociológicas y psicológicas no puede llevar a tratar al adolescente en general como si "de un momento crítico de intervención se tratara"; más que nunca, si se me permite la expresión, está trabajando con un adolescente específico, puede que confuso e inmaduro (estados, que no rasgos del comportamiento) pero que pugna por establecer su propia identidad y lograr su integración social de manera personal e idiosincrásica.
- Parafraseando la idea del psicólogo escolar: diseñador de medios para el aprendizaje, que en su día formulara Genovard, en el asesoramiento vocacional tiene plena vigencia potenciar la creación de medios para la autoayuda, fomentar actividades que lleven a la reflexión de la propia conducta y favorecer experiencias que potencien la madurez y el realismo desde la propia situación vocacional del estudiante o joven escolar.
Este cierre, como puede apreciarse, implica una doble exigencia, la de la formación académica y profesional en esta " especialidad" (que no es tal en nuestro medio) y la de reivindicación profesional de los "cometidos propios" de la Psicología Vocacional en nuestro país, sin confundirlos con otros que se manejan interesadamente como sinónimos. Entiendo que ambas cuestiones tienen complejas implicaciones, pero de lo que no cabe duda, es que potenciar la conducta y desarrollo vocacional de los jóvenes requiere por parte del psicólogo/a formación y posibilidades de llevar a la práctica en el medio escolar, esas ayudas técnicas eficaces que definen su actuación profesional, esto es, el asesoramiento vocacional del joven.
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Material adicional / Suplementary material
Tabla 1. Composición de la conducta Vocacional según el influjo de los factores vocacionales.
Cuadro 1. Notas Sociopsicológicas de la juventud española extraídas de Elzo.
Tabla 2. Extractos de resultados del ensayo tipológico de Elzo sobre la juventud española.
Cuadro 3. Patrones vocacionales en términos de constructos de los estudiantes universitarios.
Cuadro 4. Frecuencias de las Preferencias Vocacionales en adolescentes.
Figura 1. Esquema general de asesoramiento para la Toma de Decisiones Vocacionales.
Cuadro 5. Estudios en la toma de decisiones: caracterización comportamental.
Figura 2. Esquema de los estudios evolutivos de formulación del problema vocacional en el proceso de toma de Decisiones Vocacionales.