Papeles del Psicólogo, 1982. Vol. (7).

Francisco Asís Blas Aritio

La actual Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid cuenta ya en su breve historia con nada menos que tres Planes de Estudios diferentes. El primer Plan de Estudios (Plan 68) coincidió con la inauguración de la Sección de Psicología dentro de la antigua Facultad de filosofía y Letras allá por el año 1968. Dicho Plan tuvo inevitablemente que adaptarse a las exigencias de aquella Facultad, que establecía la obligatoriedad de dos cursos comunes para todas las secciones (con el agravante -en el caso de la Sección de Psicología- de que, al ser ésta de reciente creación, no tuvo oportunidad real de que se incluyera en los cursos comunes alguna disciplina directamente relacionada con la Psicología).

La desaparición de la Facultad de Filosofía y Letras y su desdoblamiento en tres facultades distintas (siendo en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación donde se integró la Sección de Psicología) dio lugar a un nuevo Plan de Estudios (Plan 73). Este nuevo Plan, si bien supuso un avance notable (ya que el ámbito de las disciplinas comunes se repartía proporcionalmente entre las Secciones de Filosofía, Pedagogía y psicología, y a partir del 2º curso había "optativas" relacionadas directamente con cada una de las secciones específicas), todavía arrastraba una serie de dependencias disciplinarias de la Filosofía y la Pedagogía que, aunque comprensibles históricamente, no era razonable mantener en un moderno Plan de Estudios de Psicología.

En aquella época la creación de una Facultad de Psicología independiente era algo que se consideraba inminente (aunque lo trámites administrativos retrasaron hasta 1980 su realidad efectiva) y, en consecuencia, parecía oportuno elaborar un nuevo Plan de Estudios (Plan 75) que se ajustara a las características de esta nueva Facultad en ciernes. Dicho Plan es el que se mantiene vigente en la actualidad.

¿Por qué entonces un nuevo Plan de Estudios?. Entre otras, existen tres razones importantes que justifican la elaboración de un nuevo Plan de Estudios. En primer lugar, la conversión de la Facultad de Psicología en una Facultad "Experimental". Con independencia del indiscutible -aunque por algunos discutido- carácter experimental de la Psicología Científica, la consideración "Experimental" (frente a la consideración "humanística") de una Facultad supone, entre otras cosas, un aumento sustancial en los presupuestos generales de la misma, lo cual aliviaría la precaria situación económica que sufre nuestra Facultad (si bien es justo reconocer que no es ella la única que sufre la pobreza presupuestaria). En segundo lugar, la puesta en práctica del Plan 75 ha puesto de relieve -a lo largo de estos siete años- una serie de lagunas e insuficiencias que exigen su inaplazable mejora. Por fin, es obligado aludir a las reiteradas demandas para que la formación universitaria de Psicólogos contemple su futura cualificación profesional.

Así las cosas, la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid nombró una Comisión representativa (en la que han participado los diferentes Departamentos y el estamento estudiantil) que, tras doce meses efectivos de trabajo, ha elaborado un proyecto de Plan de Estudios. Dicho Proyecto se ha ofrecido a la discusión de los Departamentos y del estamento estudiantil para que, en su caso, formulen enmiendas parciales o globales al mismo, pues en última instancia ha de ser la Junta de Facultad quien lo apruebe o rechace.

El proyecto de Plan de Estudios diferencia dos ciclos. El primero consta de tres cursos y en él se incluyen aquellas disciplinas fundamentales teóricas y metodológicas que se considera debe conocer todo psicólogo.

Cada curso consta de seis disciplinas, todas ellas obligatorias.

El Segundo Ciclo ofrece una gama de especialidades y tiene una orientación más aplicada. Las cinco especialidades que se contemplan son: Psicología Clínica, Psicología Educativa, Psicología del Trabajo, Psicología Social y Psicología Teórico-Experimental. Consta de dos cursos (6 disciplinas cada uno). Cada especialidad presenta un núcleo de cinco disciplinas obligatorias. El resto de las disciplinas a cursar hasta completar doce (as que corresponden a los dos cursos del 2º Ciclo) los constituyen: a) cuatro disciplinas obligatorias para todas las especialidades (la razón de estas disciplinas obedece a que no tenían cabida material en el primer ciclo, siendo consideradas fundamentales, o se pensó que su ubicación más apropiada correspondía a los últimos cursos de carrera); b) tres disciplinas optativas: las optativas de cualquier especialidad están constituidas por el conjunto de las disciplinas obligatorias del resto de las especialidades, más un bloque de disciplinas que se han agrupado bajo el nombre de "Pool".

Esta estructuración cumple tres funciones: acogerse razonablemente a la normativa general sobre el número de disciplinas existentes en los Planes de Estudios de Facultades Experimentales, garantizar una formación básica coherente de las especialidades y permitir al alumno un cierto margen para confeccionar su propio curriculum.

El "pool" de disciplinas optativas está constituido por materias que o se refieren a campos que no coinciden exactamente con las especialidades propuestas; o se refieren a campos relacionados con alguna especialidad, pero cuya obligatoriedad no parecía oportuna.

Del conjunto de disciplinas optativas, cada especialidad ofrecerá un subconjunto más específico de aquellas que por su contenido resulten más recomendables.

Todas las disciplinas serán anuales. La mayor parte se impartirán en módulos de tres horas semanales. El resto -frente a la clásica modalidad de los cuatrimestres- se impartirán en módulos de una hora y media semanales a lo largo de todo el año.

Por último, quiero agradecer desde aquí el interés y la colaboración que ha manifestado en todo momento el Colegio de Psicólogos respecto a la iniciativa de elaborar un nuevo Plan de Estudios (representantes del Colegio también han participado en la discusión y elaboración del Proyecto), pues ello constituye, sin duda, una forma de aproximar la Universidad a las exigencias y demandas de la sociedad real.